Rafael Loret de Mola
19/04/16
*La Misma Piedra
*Mancera, Extinto
*Yunes en la Mira
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No nos extraña. Nunca se señaló a los responsables del genocidio de Tlatelolco, salvo en la fiscalía creada por fox que sólo dio lugar al arraigo perentorio del ex presidente luis eceheverría -¡vaya susto se reflejó en su ajado rostro!-, ni se han investigado judicialmente los brutales incidentes del Jueves de Corpus cuando los célebres “halcones” remataron a los heridos en los hospitales. Mucho menos se han señalado autorías intelectuales sobre el magnicidio de Luis Donaldo Colosio ni las averiguaciones sobre el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, cuya hija Claudita es ahora Canciller a cambio de ni estorbar al sistema, llegaron a la cima del poder en donde el profesor Carlos Hank González, ya extinto, movió todos los hilos.
En la misma línea jamás se ha acusado a los mandatarios mexicanos por prevaricación. Bueno, no es exactamente así: se les ha denunciado pero nunca se ha procedido contra ellos. Recuerdo la querella del ilustre maestro Ignacio Burgoa Orihuela contra josé lópez portillo con relación a endeudamiento ilegal y amoral de la nación; el jurista estructuró todas las fojas presentadas y, pese a ello, nunca fue atendido como si se hubiera tratado de una broma elaborada como distractora de lo verdaderamente importante. ¿Y qué sería tal? ¿Acaso los constantes y sonoros pleitos de lópez portillo con su entonces mujer, Carmen Romano, cuyas altisonancias avergonzaban a los colaboradores del mandatario que no podían evitar escucharlas? Probablemente para algunos panegiristas del poder –los hay de cada sexenio- así haya sido.
El hecho es que la amnesia y la manipulación siguen de la mano en la vida política nacional. Por ejemplo, a su salida en 2012, la repulsa contra felipe calderón, por haber usurpado la Presidencia con un legado de cien mil muertos como saldos brutales de una guerra inútil –si el objetivo era imponerse a los narcos mal le salió el juego: a cambio de miles de cadáveres no disminuyó un solo gramo la “exportación” de drogas de todo tipo hacia el poderoso vecino del norte. Y aun así tiene el descaro de lavarse las manos como fiel seguidos, hipócrita, de la Biblia.
Si como candidato fue observado como “el menos malo”, acaso equivocadamente, por alguno empresarios e industriales temerosos del posible arribo de la izquierda al poder, como presidente jamás dejó de ser infamado por su origen democrático y sus inclinaciones por el alcohol –teoría que NO inventó el lópezobradorista Federico Arriola sino que fue cotejada y corroborada por esta columna y transcrita en varios libros sin ser desmentida incluso reconocida por su cuñado Juan Ignacio Zavala quien aseveró que “la mala fama queda” y, a veces, pues felipe recordaba aquellos días, tratando de justificarlo-, y las agresiones físicas a su esposa, Margarita, a quien quiere compensar siguiendo los pasos de Hillary Clinton. Una deformación cultural de la peor condición.
Ni felipe es Bill ni Margarita, a quien tanto exalté por su prudente accionar en la primera mitad de la gestión de su marido, se parece a Hillary. Es curioso, en los Estados Unidos, donde tanto se habla de democracia los clanes perseveran: un hijo se adueña de la Casa Blanca un periodo después del paso de su padre por la misma –los Bush-, y una consorte quiere regresar a la mansión que ocupó junto a su esposo también luego de un período de ocho años de por medio. Los Bush y los Clinton demuestran que el modelo norteamericano es también muy vulnerable ante los tremendos amarres soterrados con las mafias detrás del trono.
En México aún no caemos en el garlito. Y quizá por ello el afán de calderón, más intolerante que nadie, en divulgar que ha sido “el mejor presidente” –esto es por encima de los grandes reformistas y revolucionarios como Juárez, Madero, Carranza o Lázaro Cárdenas-, siguiendo los pasos de los fox quienes acuñaron una sentencia nauseabunda:
–Yo fui –dijo vicente-, mejor presidente que Juárez.
Pero el personaje de la voz altisonante metió la cabeza bajo tierra, como los avestruces, cuando el Congreso le puso “freno al cambio”, según su parecer, y no pudo dialogar ni ganar debate alguno terminando su gestión bajo el estruendo de un escándalo electoral mayor al de 1968 cuando el ignominioso manuel bartlett –hoy miembro de Morena, luego de ser electo como mimbro del trastabillante Partido del Trabajo, para estar cerca de su icono-, dejó que se derrumbara “el sistema” de cómputo al percatarse de la ventaja irreversible del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. ¿No sentirán nauseas los protagonistas de aquella historia al ir hombro con hombro mintiéndole a su feligresía devota?
Pues bien, la reconstrucción de la supuesta popularidad de calderón –trato de averiguar si es o no artificial u oficiosa y ya estoy llegando a conclusiones probadas-, tiene como destinataria a Margarita quien, desde luego, se guardará sus recuerdos infamantes al lado del volátil y borracho consorte que le tocó en desgracia y ahora quiere resarcirse acaso para pagar la penitencia. Y de allí la tremenda intolerancia de quienes cubren los espacios cibernéticos para infamar a cualquiera que insinúe los desgraciados resultados de su patológico sexenio al compararlos con uno peor: el actual. Si se trata de que “el mejor” mandatario surja del referente con peña… entonces sí no tendría dudas pero tendríamos que negar, ocultar o quemar los libros de historia y los hechos mismos.
Desde luego, los incondicionales de Andrés Manuel no deben estar contentos porque, en cuanto a intolerancia extrema, han sido desplazados por los hijos putativos de calderón. No se olvide que López Obrador no salió de la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal despreciado como calderón. Su descalificación, al contrario de lo que le ha sucedido a felipe, se dio después cuando se le ubicó, con saña diríamos, como un predador social por su bloqueo a la ciudad de México sin percatarse sus adversarios que tal evitó un colapso mayor considerando las dimensiones del fraude que avaló la asunción de calderón a la Presidencia. Pese a ello, a medida que el tiempo se consumó, Andrés Manuel pareció perder los equilibrios hasta construirse un partido para él solo, su MORENA, y mantener a un importante grupo de militantes con él. Los optimistas hablan de trece millones de mexicanos; de acuerdo a nuestros cálculos son siete millones pero absolutamente obcecados sobre la figura icónica del tabasqueño a quien observan como el “único” capaz de derrotar a las mafias del poder viendo paja en el ojo ajeno.
No hay análisis serio sobre las razones por las cuales, en Zacatecas, apoya el nepotismo –al estilo de los Moreira- y defiende a David Monreal Ávila, hermano de Ricardo uno de sus más cercanos asesores, mientras fustiga a los Moreira, de Coahuila, por lo mismo aun cuando en el caso actual hayan pasado dos sexenios entre una y otra candidatura. Claro, Ricardo, quien ya fue gobernador, no explica algunos de los graves señalamientos en su contra como la extraña privatización de la mina “El Edén”, uno de los mayores atractivos de la hermosa capital de su entidad, que quedó en sus manos como negocio familiar muy productivo.
Dime con quién andas, reza el refranero. Y la tragicomedia llega a Veracruz en donde un pillastre de siete suelas fue abanderado ¡por el PAN!, luego de una larga carrera por el PRI de la mano de elba esther gordillo –literalmente-, y va en punta en las encuestas por él ordenadas. Me refiero, claro, a Miguel Ángel Yunes linares, un sujeto que podría formar el grupo triple AAA entre los peores miembros de la clase política al lado de bartlett y emilio gamboa patrón. Nada menos.