19/07/2018 – Los recién casados llegaron de su luna de miel, y los papás de la muchacha los invitaron a cenar. «Jamás olvidaré -evocó el genitor- la cara de felicidad de Rosilí cuando se puso el vestido de novia». «¡Uh, señor! -comentó el recién casado-. ¡Hubiera visto la cara que puse yo cuando se lo quitó!»… El abuelo estaba casi sordo. La mamá de uno de sus nietos le gritó al oído: «¡El niño va a cumplir 10 años! ¡Le vamos a hacer una piñata!». «¡Ah no! -protestó el añoso señor-. ¡Ya está grande; que se la haga él mismo!». (No le entendí)… Un marido se quejaba de la frialdad de su esposa. Le comentó al amigo que lo oía: «Mi mujer no pone nada de su parte en el momento del amor. Ni siquiera se mueve un poco». Le aconsejó el otro: «Deberías usar la Técnica Rodeo». «¿Técnica Rodeo? -se extrañó el esposo-. ¿En qué consiste?». Explicó el amigo: «En el momento del amor estrecha fuertemente en tus brazos a tu esposa y luego dile: Con mi secretaria disfruto esto mucho más . ¡Ya verás entonces cómo se mueve!»… El capitán del navío inglés tendió su catalejo en dirección al barco que se aproximaba. «Es el pirata Babalucas» -anunció. «¿Cómo lo sabe, señor?» -preguntó el contramaestre. Explicó el capitán: «Lleva parche en los dos ojos». Astatrasio Garrajara, el borrachín del pueblo, entró en la iglesia parroquial y vio a un feligrés que se dirigía al confesonario. «Ni vayas -le recomendó-. Nunca hay papel»… La mamá de Susiflor, preocupada por la doncellez de su hija, le repetía constantemente que las piernas son las mejores amigas de una chica, y que había que mantenerlas siempre juntas. Cierto día la muchacha le salió con la pequeña novedad de que estaba un poquitito embarazada. «¡Mano Poderosa! -exclamó consternada la señora-. ¿No te dije que las mejores amigas de una chica son sus piernas?». «Sí, mami -gimió Susiflor-. Pero hay momentos en que hasta las mejores amigas sienten el deseo de separarse»… Un curita joven sufría de continuo las tentaciones de la carne. Eso lo azaraba, pues jamás sentía la tentación de las legumbres. Le preguntó a un anciano sacerdote: «Dígame, padre: ¿cuándo se quita en el hombre el deseo de la mujer?». «Hijo -respondió el santo varón-. Por lo que he leído en las Sagradas Escrituras; por lo que aprendí en los libros de los Padres de la Iglesia, pero sobre todo por mi propia experiencia, te puedo decir que ese deseo se acaba posiblemente unos 15 días después de que te mueres». La pequeña Rosilita le propuso a Pepito: «¿Quieres ser mi novio?». El chiquillo no respondió, pero entró en su casa y salió luego trayendo un brassiére de generosa dimensión. Le dijo a Rosilita: «Si quieres ser mi novia primero debes llenar esta solicitud»… ¿Cuántas veces desde el año 2000 se ha anunciado la refundación del PRI? Aproximadamente 324, estiman cálculos conservadores. Hablar de un nuevo PRI ya es viejo. Después de cada quebranto que el jurásico partido sufre sus dirigentes convocan a una rueda de prensa para y proclaman el renacimiento de su organización. En los términos de la canción de José Alfredo, sin embargo, al PRI nada le han enseñado los años; siempre cae en los mismos errores. Y en ellos seguirá cayendo por los siglos de los siglos. Cuando don Acisclo volvió en sí de la operación vio en torno de su lecho a un grupo de preocupados médicos. Uno de ellos le dijo, apenado: «Señor: por una confusión de expedientes en vez de sacarle el apéndice le hicimos una operación de cambio de sexo». «¡Santo Cielo! -se espantó don Acisclo-. ¿Significa eso que ya no tengo lo que tenía antes?». El cirujano lo tranquilizó: «Si quiere lo tendrá. Pero será de otros». (Tampoco le entendí)… FIN.
MIRADOR.
Historias del señor equis y de su
trágica lucha contra La Burocracia.
El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis y le ordenó:
-Di un número del uno al 156, 848, 504, 375, 916.
Respondió inquieto el señor equis:
-El 2.
-No acertaste -le indicó El Funcionario-. Di otro número.
-El 4 -balbuceó el señor equis.
Dijo El Funcionario:
-Tampoco es ése el número. Di otro.
Arriesgó temblando el señor equis.
-El 7.
-Otra vez te equivocaste -decretó El Funcionario.
El señor equis se echó a llorar. Pensó que jamás daría con el número que El Funcionario quería. Y todavía le faltaban 156, 848,504, 375, 913.
¡Hasta mañana!…