De política y cosas peores

Armando Fuentes Aguirre

18/11/17

«¡Lo que me acabas de hacer no tiene nombre!». «Ya se lo pondremos, mi amor; ya se lo pondremos». A ese diálogo entre la princesa maya Nictejá y el príncipe maya Canek-Pec siguió la llorosa queja de ella: «¡Con tus palabras engañosas y tu meliflua labia arrebataste la flor inmaculada de mi doncellez!». El galán se defendió: «Lo hice para salvarte la vida, cielo mío. Recuerda que los sacerdotes arrojan al cenote solamente a las vírgenes». En «La canasta», el bello y tradicional restaurante orgullo de Saltillo, tuvo lugar ayer un concurrido desayuno para celebrar el vigésimo segundo aniversario de la publicación de Espacio4, un periódico que forma parte esencial de la comunicación en mi natal Coahuila. Gerardo Hernández, su talentoso fundador y director, hizo uso de la palabra -de varias, para mayor precisión periodística- y en el curso de su intervención dijo que la primera tarea del próximo gobernador del Estado será restablecer la unidad entre los coahuilenses. En efecto, añado yo, tuvimos una elección plagada por irregularidades de todo orden y desorden, tantas que aún no se da a conocer la decisión final del Trife sobre ese proceso electoral. Quienes nos opusimos al proyecto político del actual gobernador, Rubén Moreira, hemos sido objeto de un enconado y mezquino hostigamiento que en mi caso llegó a motivar la intervención del organismo federal encargado de la protección de periodistas y activistas sociales en situación de riesgo. Por fortuna ha llegado a su final este régimen que dividió a los coahuilenses por el empecinamiento de Moreira en perpetuar su poder a través de interpósita persona, y por su autoritarismo. Incluso su posible sucesor, Miguel Riquelme, ha dado muestras claras de no avenirse a ser hombre de paja del que ya se va, y se ha resistido a obedecer sus dictados, lo cual ha sido objeto de buenos comentarios. La moneda está en el aire todavía. Nadie puede preciarse de saber si la viciada elección de Coahuila será anulada finalmente o no. En cualquiera de las eventualidades la determinación definitiva del tribunal federal deberá estar fincada en la ley, y no obedecer a consignas, criterios de política o presiones de las partes en pugna. Sea lo que fuere, el siguiente gobernador de Coahuila tendrá como tarea inicial -lo dijo el director de Espacio4- volver a unir a los coahuilenses, ahora tan separados por un gobernante que no supo conciliar y que deja un Coahuila dividido y enfrentado. Babalucas fue a comer en restorán. Con un brusco movimiento de su brazo hizo caer al suelo el plato que el mesero le había traído, y que se hizo añicos. Le reclamó el badulaque al camarero: «¿No me dijiste que éste era el plato fuerte?». El maquinista del tren vio con espanto que sobre las vías estaban un hombre y una mujer realizando lo que en lenguaje de picardía se llama el H. Ayuntamiento, también conocido como foqui foqui o in and out. Hizo sonar repetidas veces el sonoro silbato de su máquina, pero los folladores no se quitaron de donde estaban, y siguieron haciendo lo que hacían. Con todas sus fuerzas el trenista aplicó el freno de la locomotora, que quedó a escasos centímetros de quienes en forma tan desaprensiva celebraban el acto de la vida con riesgo de la suya. Bajó el maquinista de su lugar al mismo tiempo que el sujeto descendía del suyo, y dijo a los amantes con furioso acento: «¡Desdichados! ¡Por poco me los llevo! ¿No escucharon el pito de la máquina? ¿Por qué no se movieron?». «Amigo -respondió con toda la calma el follador componiéndose las ropas-. Tú venías. Ella ya iba a terminar. Yo también ya iba a terminar. Y de los tres tú eras el único que se podía detener». FIN.

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