Nuestros Columnistas Nacionales
DE POLITICA Y COSAS PEORES
Armando Fuentes Aguirre
02/07/2017
El marido tenía ganas de expresarle a su esposa el gran amor que por ella sentía. Ella, sin embargo, estaba muy cansada, y la esperaba al día siguiente una dura jornada de trabajo. “Anda, Remisia -suplicó el esposo-. Hagamos amor”.
“No, Vehemencio -negó ella-. Mañana debo levantarme a las 6”. “Hagámoslo -insistió él-. Total, si para esa hora no he acabado te levantas y te vas”… El nuevo profesor había oído hablar de la fama de Pepito y quiso desacreditarlo frente a sus compañeros. Le dijo: “A ver, si eres tan listo dime cómo se pueden tapar dos agujeros con un agujero”.
Pepito le dio vueltas a la cuestión y no pudo encontrar la respuesta. “No sé” -confesó avergonzado. “¿Lo ves? -se burló el profesor-. No eres tan listo como me habían dicho. Mira: así se tapan dos agujeros con un agujero”. Formó un círculo usando los dedos índice y pulgar y con él se cubrió los dos orificios de la nariz.
Todos los niños rieron de Pepito. Al día siguiente Pepito le dijo al profesor. “Ahora dígame usted cómo se pueden tapar once agujeros con un agujero”. Después de pensar un largo rato el maestro se rindió. Le dijo entonces Pepito: “Cómprese una flauta y métasela ya sabe dónde”… Otro de Pepito. A través de la ventana veía a la joven y guapa vecina que luciendo una breve minifalda trajinaba en su jardín. El chiquillo le dijo a su papá: “La vecina se agachó a cortar unas flores”. Preguntó el señor: “¿Rosas?”. Respondió Pepito: “No. Blancos”… Susiflor le dijo a su pretendiente: “Beodio: ¿dejarías de beber por mí?”. Replicó el sujeto: “¿Quién te dijo que bebo por ti?”… El empleado le pidió a don Algón siete días de permiso para ir a su pueblo.
Respondió, molesto, el ejecutivo:” Cada año desde hace diez te he dado una semana, aparte de tus vacaciones, para que vayas a tu pueblo a ver a tu señora porque tuvo un hijo. No me digas que tuvo el hijo número once”. “No, señor -repuso con humildad el tipo-. Lo que pasa es que ahora nos vamos a casar”… La trabajadora social hacía un recorrido por el popular barrio capitalino de Tepito, cuna de grandes boxeadores. Llegó a la pequeña vivienda de una vecindad y fue recibida por el jefe de la casa, que le presentó a su hijo de 5 años. “¿Cómo te llamas, amiguito?” -le preguntó la mujer al niño-. Respondió el pequeñín: “Me llamo Flor de Lis”. “¿Flor de Lis?” -se asombró la muchacha al oír ese nombre tan poco masculino. Se volvió hacia el papá de la criatura y le preguntó: “¿Por qué le puso al niño ese nombre?”. Explicó el tipo: “Es que quiero que cuando crezca sea boxeador, y llamándose así va a tener muchas oportunidades de practicar en la escuela”… “Creo que estoy empezando a superar mi problema de alcoholismo, doctor -dijo muy animado el individuo-. Sigo viendo elefantes azules, jirafas color de rosa y cocodrilos verdes, pero cada día son más pequeños”. Un hombre joven fue al departamento de cosméticos de la tienda y le pidió a la encargada: “Quiero regalarle a mi novia una crema para el cuerpo”. Le informó la mujer: “Las tenemos de diferentes marcas. ¿De qué marca quiere usted la crema?”. “Olvídese de la marca -replicó el muchacho-. Dígame de qué sabores hay”. Viene ahora un cuento de color subido. Las personas que no gusten de leer cuentos de subido color deben saltarse en la lectura hasta donde dice FIN. Una joven mujer acudió con un médico y le pidió que le quitara una plasta de cera que traía en el ombligo. “¿Cómo sucedió esto?” -inquirió desconcertado el facultativo. “Lo que pasa, doctor -explicó muy apenada la muchacha, es que a mi novio le gusta besarme a la luz de una vela”. (No le entendí).
MIRADOR
Historias de la creación del mundo.
El Señor les ordenó a Adán y a Eva:
-Creced y multiplicaos.
Ellos crecían, pero no se multiplicaban.
Cada noche Adán se acercaba a Eva, pero la mujer aducía siempre un pretexto y se alejaba.
Por fin, cansado, el hombre fue con el Señor.
-¿Verdad, Padre -le dijo-, que Tú me hiciste a mí?
-Así fue -respondió el Creador sin entender.
-Y ¿verdad que también hiciste a Eva?
-También a ella la hice, sí -contestó el Señor.
-Bueno -demandó Adán irritado-. ¿No podrías ahora hacer las aspirinas?
¡Hasta mañana!… chilena para México?