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De política y cosas peores


Armando Fuentes

06/03/2016

CIUDAD DE MÉXICO 5-Mar .- «Esta noche no -le dijo doña Frigidia a don Frustracio-. Me duele la cabeza». «¡Lo que tanto había esperado! -se alegró él-. ¡Ven acá! ¡Traigo polvos de aspirina en la ésta!». La joven esposa le comentó a su marido: «Dentro de un par de meses cumpliremos 10 años de casados. ¿Qué te parece si nos vamos a un crucero de una semana?». «Magnífica idea» -respondió él. Y en previsión del viaje fue a una farmacia y compró siete condones y un frasco de píldoras contra el mareo. Una semana después le dijo su mujercita: «Se me ocurrió una idea mejor. ¿Por qué no tomamos un crucero de dos semanas?». Fue otra vez el esposo a la farmacia y adquirió 14 condones y dos frascos de píldoras contra el mareo. Pasaron unos días, y la muchacha le dijo a su marido: «Encontré una oferta fabulosa para un crucero de tres semanas». Volvió él a la farmacia y le pidió al farmacéutico 21 condones y tres frascos de píldoras contra el mareo. Le dijo entonces el de la farmacia: «No quiero meterme en su vida privada, joven, pero ¿por qué lo hace tan seguido si se marea tanto?». El amigo de don Algón le reclamó: «Me dijiste que Pitoncio es un trabajador responsable, y es un desastre». Contestó el ejecutivo: «Cuando trabajó conmigo tres secretarias salieron embarazadas, y en los tres casos él fue responsable». Pecholina Grandchichier, vedette de tetamen abundoso, le comentó a su amiga Viperinia: «Aseguré mi busto en un millón de pesos». «¿De veras? -se admiró la otra-. ¿Y qué hiciste con el dinero del seguro?». El promedio de sueño que necesita una persona es de 15 minutitos más. En su conferencia el escritor declaró con orgullo: «Acabo de terminar un libro que me tomó 5 años». Babalucas le preguntó a su vecino de asiento: «¿Tan despacio así lee el indejo?». Don Crésido Moneto, magnate de los negocio, se dirigió a las graduados. Les dijo: «Cuando yo era joven como ustedes pensaba que el dinero trae consigo la felicidad. Ahora que soy rico sé que tenía razón». Don Gerontino, octogenario caballero, acudió a la consulta del doctor Ken Hosanna. Le dijo que se sentía cansado, feble, laso y extenuado. Un breve interrogatorio le bastó al facultativo para dar con la causa de la fatiga crónica de su paciente: el señor tenía sexo todos los días, incluso el del Señor. Le dijo: «Está usted en los ochentas de su edad. Le aconsejo no hacer el amor a diario». «Muy bien, doctor -concedió don Gerontino-. Esperaré entonces a estar en los noventas». El juez le preguntó a la demandante: «¿Por qué quiere usted divorciarse de su esposo?». «Por adulterio, señor juez -respondió ella-. Tengo fundadas sospechas de que no es el padre de mi hijo». El casero llegó a cobrar la renta, y la bella inquilina le abrió la puerta. Desde el sillón de la sala su marido alcanzó a oír el diálogo entre su mujer y el cobrador. «¿Cómo? -exclamó desolado el individuo-. ¿Así, vestida?». «Sí, don Avaricio -contestó la muchacha-. Este mes sí tengo dinero para pagarle». Himenia Camafría, madura señorita soltera, le dijo a su visitante don Autumnio: «¡Si me da un beso seré suya para siempre!». Replicó él: «Gracias por advertírmelo». Y salió a toda prisa de la casa. Un mexicano estaba en Texas, y en una farmacia pidió una aspirina y un supositorio para la calentura. El encargado fue y trajo rodando una aspirina del tamaño de una llanta de automóvil. Preguntó asombrado el cliente: «¿No es demasiado grande?». Replicó el sujeto: «En Texas todo es demasiado grande». «Muy bien -dijo el visitante-. Cóbrese la aspirina. El supositorio lo compraré en México». El sultán Ben Amí fue acusado de bigamia. Tenía dos harenes. Don Senilio es tan anciano que cuando en el restorán pide un huevo tibio tres minutos lo hacen que pague por adelantado. En el hospital el médico le preguntó a la recepcionista: «¿Dónde está el hombre que fue atropellado por una aplanadora?». Le informó ella: «Cuartos 101, 102, 103 y 104». El cliente se espantó al ver que la mesera se sacaba de abajo de la axila la carne de la hamburguesa que había pedido. Le explicó la mujer: «Es para mantenerla caliente». Dijo el señor: «Pedí también un hot dog. Cancele la orden». FIN.

MIRADOR

Historias de la creación del mundo.
En el Monte Sinaí el Señor le entregó a Moisés los 10 mandamientos.
Los leyó el santo varón y le dijo a Yahvé:
-Conozco bien a los humanos. ¿Por qué no quitas el sexto y el noveno?
-Imposible -negó el Padre-. Son los que aportarán más clientes a las religiones.
Moisés se encogió de hombros y fue a llevar el Decálogo a los hombres.
Regresó a poco y le informó al Padre:
-Señor: dicen tus hijos que si les quitas los dos mandamientos mencionados te prometen cumplir los otros ocho.
-Imposible -volvió a negar el Yahvé-. Son los más interesantes.
Eso explica por qué los hombres no cumplen esos dos mandamientos.
Y tampoco los otros ocho.
¡Hasta mañana!…

MANGANITAS

«Los esposos con más de 50 años
de casados jamás discuten».
Lo anterior es un decir.
Nunca hay pleitos en su casa,
es cierto, pero eso pasa
porque no se pueden oír.

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