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De política y cosas peores
28/09/2018 – Un buzo iba por el fondo del mar y vio a un grupo de bellísimas sirenas que celebraban una fiesta en una gruta submarina. Lleno de excitación se acercó a la cueva y le dijo a una de las sirenas: «¿Puedo pasar?». «Lo siento -respondió la hermosa-. No tenemos entradas». Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, invitó a salir a Susiflor. «¡Ah no! -opuso ella-. Conozco a los de tu calaña. Primero me invitarás una copa. Luego me llevarás a cenar. En tercer lugar me pedirás que vayamos a bailar. Después, como cuarto paso, me sugerirás ir a tu departamento. ¡Puedo leer en ti como en un libro abierto!». «En ese caso -replicó Afrodisio- no te pierdas el quinto capítulo. Es el más interesante». Babalucas y su esposa, mujer tan limitada de caletre como su marido, acudieron a la consulta del doctor Ken Hosanna y le dijeron: «Llevamos ya cinco años de casados y no hemos podido tener hijos. Nuestros padres opinan que eso se debe a que los dos somos muy cortos de entendederas». Declaró el facultativo: «Esto no tiene nada que ver con el cociente intelectual. Se relaciona con el sexo. ¿Cada cuándo lo hacen?». Respondieron ambos a la vez: «¿Qué es sexo ?». El Presidente Peña Nieto ha empezado a despedirse. Desde luego sus despedidas las hace frente a gente amiga, de modo que en sus comparecencias no se han producido hasta ahora manifestaciones de enojo o de repudio. Esas expresiones ya se mostraron contundentemente en las elecciones del pasado julio. Desde ahora es posible asegurar que el juicio de la Historia no le será favorable al mexiquense. Tuvo un prometedor comienzo. El Pacto que consiguió fue un brillante inicio de gobierno, con las importantes reformas derivadas de él. Luego su régimen naufragó en la incapacidad para enfrentar los problemas que se le presentaron, lo mismo que en evidencias de grave corrupción. El fracaso de su sexenio se sumó a la llamada «docena trágica» de Fox y Calderón. Son muchos años ya de gobiernos deficientes. Por eso la ciudadanía optó por un cambio radical al dar su voto a López Obrador y a los candidatos de Morena. Cada seis años vuelve a renacer en los mexicanos la esperanza. Esperemos que no se frustre una vez más. Viene ahora un cuento que la Liga de la Decencia no recomendaría. Las personas que no gusten de leer cuentos que la Liga de la Decencia no recomendaría deben pedir a alguien que se los lea… La esposa de Avaricio Cenaoscuras, hombre ruin y cicatero, le dijo a su marido: «No hemos comido carne en varios meses. Dame dinero para comprar por lo menos medio kilo de molida». Respondió el cutre: «Ven conmigo». Así diciendo la llevó frente a un espejo. Sacó de su cartera un billete de 500 pesos y lo puso frente al espejo. Le dijo a su esposa al tiempo que le mostraba la imagen del billete reflejado en el espejo: «¿Ves ese billete? Es tuyo». Luego le puso el mismo billete ante los ojos y le dijo: «¿Ves este billete? Es mío». Así diciendo lo guardó otra vez en la cartera y se fue riendo con risita burlona. Esa noche el tal Avaricio llegó a su casa y halló a su esposa en la cocina acomodando en el refrigerador varios kilos de carne. Y no era carne molida, sino de la mejor y más cara: filetes, lomos, cortes de primera. Le preguntó asombrado: «¿De dónde salió toda esa carne?». Respondió la señora: «Ven conmigo». Lo llevó frente al espejo, se levantó las faldas y puso el abundante nalgatorio frente a la bruñida superficie de cristal. «¿Ves ésas pompas? -le preguntó al avaro señalándole las que se reflejaban en el espejo-. Son tuyas». Añadió luego mostrándole las verdaderas: «¿Y ves estas otras? Ahora son del carnicero». FIN.
MIRADOR.
Estoy solo en la casa del Potrero. Se han ido ya las buenas gentes que vinieron a darme compañía en la cena, y he cerrado la puerta y las ventanas.
Camino por los vastos aposentos, y las paredes hacen eco a mis pisadas. El último rescoldo de la chimenea pone un rojizo resplandor en medio de la oscuridad.
Oigo de pronto unos pasitos quedos. Son los pasos del Terry, mi amado perro cocker. ¿Cómo puede ser esto, si esa criatura angélica no pisa ya esta tierra? Y sin embargo he oídos sus pasos, igual que cuando el Terry rondaba por la casa para espantar los fantasmas nocturnales, los suyos y los míos.
Descansa, Terry mío; descansa ya. Bien cumplida dejaste tu tarea. En el amor y en el recuerdo vives todavía. Quizá nosotros te olvidemos, así de ingratos somos los humanos, pero la casa no te olvidará. Vivirás en ella, y los que vengan oirán tus pasos, igual que yo los escuché, como aleteo de ángel.
¡Hasta mañana!…