20/10/15.- Cuando alguien padece enfermedad celíaca, la ingesta de gluten (proteína del trigo, la cebada y el centeno) desencadena una respuesta inmunitaria en el intestino delgado que conduce a inflamación. Con el transcurso del tiempo, esa inflamación daña el revestimiento del intestino delgado, dificultándole la absorción de nutrientes.
El diagnóstico de la enfermedad celíaca no siempre es un proceso de una sola etapa. Aunque los resultados del primer análisis de sangre sean normales, aproximadamente 10 por ciento de personas con exámenes de sangre negativos padecen la enfermedad. Otros análisis pueden brindar más información y permitir que el médico entienda mejor la causa de los síntomas.
El diagnóstico de la enfermedad celíaca normalmente empieza con algunos análisis de sangre.
El principal análisis de sangre para la enfermedad celíaca revisa la presencia de anticuerpos contra una enzima del revestimiento intestinal, llamada transglutaminasa o tTG. Sin embargo, en alrededor de 3 por ciento de la población, el análisis de la tTG no aporta toda la información necesaria.
La endoscopia digestiva alta se realiza con sedantes suaves e implica introducir una sonda larga y flexible, llamada endoscopio, por la garganta hasta el esófago. Una diminuta cámara en el extremo del endoscopio permite al médico ver el esófago, el estómago y el comienzo del intestino delgado.
Cuando ni la endoscopia ni la biopsia revelan daños, entonces es posible que los síntomas sean fruto de otra enfermedad.
Agencias/El Bravo