Enero es el mes elegido para plantearse metas profesionales; sin embargo, más del 80% de esas ideas no se cumplen por falta de planeación y de métricas para evaluar avances, coinciden especialistas.
“Las personas no suelen tener un foco claro de qué persiguen, La gente se mueve por lo establecido en la empresa, falta planificación personal”, dice Jorge Uriega Cuesta, socio director de GRIP, consultora especializada en mejora de procesos operativos.
Tener las metas por escrito es un primer paso para acercarse a cumplir un objetivo, la razón es que la persona toma conciencia sobre la situación donde se encuentra y por qué cambiar, explicó Mariana Rodríguez, coach de vida y especialista del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt.
En la década de los 90, la escuela de negocios de Harvard publicó el artículo ‘¿Por qué los objetivos deben escribirse?’ Encuestó a una generación de estudiantes sobre sus metas al terminar el programa y sólo 3% de elllos escribió sus planes.
El mismo grupo fue entrevistado una década después, el 3% que escribió sus metas ganaba el doble que el 97% restante. «No implica que al escribir las cosas se den por magia, el mérito es que al hacer de este ejercicio un hábito te obligas a crear (…), generar acciones, medir y celebrar éxitos, lo cual es un incentivo”, refirió Rodríguez.
La planificación de metas laborales empieza por esclarecer qué quieres en este año, en tres y hasta en cinco años. Pero antes de comenzar a delinear objetivos, fíjate que actitudes pueden boicotear tus metas de crecimiento laboral.
1.Carecer de metasSi no sabes qué objetivo cumples en la empresa o qué lugar quieres representar en el mercado laboral, piénsalo. Vivir en la inercia respecto a por qué estás en cierto trabajo es dejar a la deriva, y en manos de otros, el desarrollo de anhelos profesionales, comentó Uriega.
También es importante cuestionarse qué tanto de tus objetivos personales se vinculan con las metas de la empresa, agregó Jorge Uriega.
Aunque el principal responsable de establecer una meta es el profesional, muchas veces son las empresas las que impiden que la persona las cumplan, por no saber vincular la meta del empleado con la organización, coinciden los especialistas.
“La voz del cliente es importante, así que antes de hacer la planeación estratégica director y jefes deben escuchar a sus colaboradores, a partir de ello trazar retos y hablar de los resultados esperados. Eso ayuda a ‘desatorar’ al empleado en los procesos donde no avanza”, mencionó Jorge Uriega.