Nuestros Columnistas Locales
Cena de Negros
Tenemos salud…
31/12/2018 – Al hacer corte de caja resulta el 2018 muy generoso, hay que dar gracias a Dios por tener salud, muchas alegrías y, por si ello fuera poco, estar vivo que resulta todo un éxito en las condiciones que atraviesa este México lindo y querido.
Es verdad, fue un año lleno de dificultades, el sentir las balas muy cerca da terror, ver que la gente tiene más dificultades para ser feliz causa una sensación agria, apreciar la pobreza calar hondo y hasta ver que el dinero es insuficiente para que muchas familias coman tres veces al día son cosas que amargan y difícilmente se olvidan.
También es triste ver como los políticos, o los que se disfrazan de ello, siguen haciendo y deshaciendo a placer porque el pueblo tiene flojera de participar, no solo de emitir su voto que al final fue un mal menor sino de presionar para que cada gobernante cumpla con la ley, o ya por lo menos, con cada promesa que hizo en sus campañas.
Igualmente es desagradable observar como la apatía es un mal generalizado, no solo del pueblo inculto o del que siente impotencia por hacer algo más, igual es un virus que recorre las venas de los maestros, empresarios, de los que tienen dinero y no saben mucho qué hacer con él y hasta de los que pomposamente se autodenominan intelectuales.
Quizá el gremio magisterial, el sistema de educación completo, sea el resultado de esa apatía de la que le hablo, probablemente sea el origen de nuestros problemas, de esta inseguridad, de la pobreza, del desempleo, y de las pocas esperanzas que tienen muchos jóvenes como para preferir enrolarse en la delincuencia y tan lo es que permite darle para atrás a una reforma educativa que podría haber sido nuestra salvación.
Ejemplos claros de la apatía son muchos, de la intolerancia también y sin embargo nada para ponerse a llorar, el 2018 también nos regaló la alegría de que se fue Enrique Peña Nieto después de seis años de mal gobernar este país, en casos peores, de dejarle muchas regiones a los malosos para que hicieran y deshicieran a placer y todo por la maldad de buscar votos para su partido o por lo menos eso parece.
También el 2018 nos enseñó a votar, a elegir, a tomar decisiones conforme a nuestros intereses, a nuestras querencias y en casos lamentables a nuestros rencores y dolores, pero finalmente todo como resultado de sentirnos más libres.
Le repito, el corte de caja dice que fue un año generoso, que entre tanta dificultad nos dio la alegría, como dice el poeta Joaquín Sabina, de descubrir que tenemos mil pupilas donde vernos vivos, el lujo de no tener hambre y, quizá, hasta el as escondido en la manga.
En lo personal, le deseo mucha felicidad, que sus propósitos de año se le cumplan uno a uno y, por qué no, que todos sus deseos se le hagan realidad siempre y cuando no dañe a nadie.
Humildemente le sugiero que nos demos tiempo para reflexionar, para, con Dios, pedir perdón por los errores o los excesos, para agradecer las cosas buenas que nos dieron, para granjearnos más querencias de la gente cercana.
Recuerde, el 2019 hay que participar, el próximo año habrá renovación de diputados locales, desde ahora hay que buscar a quien ayudamos, quien puede servirle a este pueblo y hacer lo nuestro para que todo vaya mejor.
Esta noche es de reflexión, seguramente a muchos se nos acercaran las lágrimas a los ojos, a otros la alegría de las bendiciones recibidas, ya mañana hay que olvidar todo y hay que trabajar, actuar, hacer lo que nos corresponde para que le vaya bien a nuestra ciudad, a nuestro amado Tamaulipas, a este México lindo y querido.
Y si, si hay violencia, inseguridad, mucha pobreza, pero también hemos descubierto que podemos cambiar todo cuando se nos antoje y, si las cosas salen mal, nos queda algo más, tenemos salud… salud.