Nuestros Columnistas Locales
Cena de Negros
Qué jo… estamos…
28/09/2018 – Las acusaciones van en el sentido de que pudo haber robado 61 mil millones de pesos o por lo menos es dinero que no encuentran por ninguna parte en las arcas del Estado, además lo culpan de utilizar agua en las quimioterapias de niños con cáncer, lavado de dinero, asociación delictuosa y de todos los delitos que puede usted imaginar comete un gobernante.
Él, tan tranquilo y hasta con cara de loco, se declaró culpable de algunos delitos, un juez decidió tomar su actitud como buena voluntad y lo sentenció, por todo el daño causado a su pueblo, a 9 años de prisión y a pagar la ridícula fianza de 58 mil pesos, pero no es todo, su abogado, dicen que es de esos picudos que ganan muchos millones de pesos porque los utilizan para relacionarse con los altos funcionarios de la corte y de todos los niveles de gobierno, afirmó que su cliente, Javier Duarte, el ex gobernador de Veracruz, no pasará más de dos años en el botellón, que se portará bien, hará labor social y con ello su condena se reducirá en dos terceras partes.
Ese ejemplo sirve para ilustrar por qué estamos como estamos, es la corrupción y mucha impunidad la que nos lleva a que cualquier personaje de la política o de cualquier estrato de la sociedad cometa delitos, total, nada pasa.
Hoy el delincuente sabe que difícilmente será perseguido, que si hay consigna en su contra difícilmente será sentenciado a muchos años de prisión, sobre todo si tiene dinero para pagar un buen abogado que le lleve a acordar con los jueces y magistrados su condena.
Todavía más, cualquier delincuente sabe que puede pasarse unos meses o años en una cárcel, pagará una fianza que parece simbólica y, al final, saldrá a la calle completamente limpio, con todo el dinero que se haya robado o lavado en sus cuentas bancarias y hasta burlándose del pueblo, de sus enemigos, de quien le dé su gana.
Y no crea que lo mencionado es una ocurrencia, el INEGI publicó esta semana una encuesta sobre violencia e inseguridad, sobre percepción de la misma y, dentro del documento, se exhiben datos obtenidos de dependencias estatales y federales que confirman que es muy alto el nivel de impunidad que existe.
La encuesta detalla, por ejemplo, que más del 35 por ciento de la población fue víctima de un delito ya sea directamente o con un familiar cercano, no obstante, de todos los delitos que se pudieron percibir en la encuesta sólo se denunció menos de un 7 por ciento.
Pero no es todo, hace algunos años se hizo un análisis de cuantos delitos, de los que se denuncian, terminan con un detenido y cuántos con un sentenciado, la estadística confirman que solo el tres por ciento de las denuncias arrojaban una orden de captura y un uno por ciento de las averiguaciones que se iniciaron concluyeron con una persona en un reclusorio y con una sentencia de culpable firme.
Si, si ya hizo sus números coincidirá con nosotros en el sentido de que el nivel de impunidad y la corrupción, que es la que provoca el mal, son excesivamente altos, que los números son para espantar a cualquiera porque es esa impunidad la que alienta al delito, la que llevó a los menores a agarrar armas, secuestrar y participar en asesinatos a sabiendas de que apenas, si de casualidad eran detenidos, eran de que pasarían unos días en la cárcel y ya.
Fue también esa impunidad la que llevó a delinquir a quien se le ocurriera, los que se portan mal también conocen que la posibilidad de que los detengan es casi de cero.
Lo más triste resulta cuando las policías o los militares hacen su chamba de detener a los delincuentes y estos son liberados por un juez por cualquier motivo o, peor aún, reciben sentencias ridículas como la de Javier Duarte que, según su abogado, pasará dos años en prisión por presuntamente haberse robado o perdido más de 61 mil millones de pesos del erario veracruzano.
Ya sé, qué jodidos estamos, por eso es que todo mundo se atreve a delinquir, está es la razón de que los políticos hagan lo que les da la gana porque saben que difícilmente van a ir a parar a la cárcel o que, si eso sucede, será por unos años ya que la justicia estará protegiéndolos, los que ejercen presupuestos conocen que es altamente probable que si los meten a un Cereso tendrán celdas de lujo o por lo menos especiales, es decir, que los tengan apartados de toda la población penitenciaria, en resumen, si acaso serán encerrados en un cuarto con aire acondicionado, bendito país, feroz contra sus pobres y muy amable con los delincuentes que destrozan la buena marcha del mismo.