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Cena de Negros
Justicia…
31/08/2018 – Se robó cuatro gansitos, quizá poquito más, sí, es un consumado ladrón y como tal merecía lo que sucedió con su persona, ser exhibido y hasta que la autoridad le exigiera cuentas las cuales, por cierto, pagó con creces, su nombre no importa, quizá solo decirle que se trataba de un repartidor de conocida marca de pan dulce.
Quizá la sociedad se ensañó con él, lo trataron como si fuera el peor delincuente por el pecado de robarle a una persona de la tercera edad unos panecillos, no mató ni le quito esperanzas a nadie, solo cometió un robo menor.
Diferente a su caso es el de muchos políticos, como Elba Esther Gordillo, que han sido acusados de robar miles de millones de pesos, con el agregado que el dinero con el que se quedaron pertenecía a niños que deberían recibir una educación de calidad o a maestros, muchos de ellos jubilados, que merecen una mejor vida por su servicio a la patria.
Por ejemplo, con la “maestra”, así le dicen a Elba Esther, la sociedad fue menos cruel, muchos dijeron incluso que era inocente, que se trataba de una presa política y la Suprema Corte de Justicia así la declaró, no le quiso encontrar ningún delito luego de cinco años de mantenerla encerrada en un cuarto de lujo de una clínica privada, tiempo en el cual supuestamente fue investigada.
De uno y otro caso lo que intento hacerle notar es la enorme diferencia en recursos, de un presunto robo a otro presunto robo son como dos mil millones de pesos de distancia, quizá por ello, al oler el dinero, la sociedad fue mansa o no fue cruel con la maestra y atacó más al gobierno que a quien supuestamente se había robado el dinero de los niños y de los maestros.
Sirva el ejemplo para ilustrar lo que ocurre con familiares y amigos de los desaparecidos que encabezados por Guillermo Gutiérrez Riestra ayer marcharon por las calles de la capital de Tamaulipas para solicitar a la autoridad que busquen a los suyos, que se los regresen vivos y para pedir justicia.
En una entrevista con medios los afectados dijeron algo que llama poderosamente la atención, sobre todo cuando el discurso del gobierno federal que viene va en el sentido de pedir a las víctimas que perdonen y olviden.
“Sin justicia nunca habrá perdón ni olvido”, dijo en respuesta Gutiérrez Riestra quien es obvio tiene todo el derecho en expresar así su sentir porque anda buscando a una hija y en ese sentido no se le puede exigir otra postura, es más, no se le puede pedir ni siquiera algo cercano al perdón o al olvido.
A qué vamos, pues a que el siguiente gobierno federal debe buscar primero resolver todas las incongruencias de la justicia mexicana donde un político que se roba miles de millones de pesos, que se lleva las despensas o le quita el dinero a las escuelas, sea tan severamente castigado y exhibido como lo fue un repartidor de pan dulce que se llevó cuatro gansitos.
No, no es nada nuevo lo que sucede en el país, en los gobiernos tricolores nos hartamos de ver, en otro ejemplo, que la Secretaría de Hacienda condonaba multas por miles de millones de pesos a los grandes empresarios pero no dejaba a sol ni a sombra a un trabajador que no tuvo dinero para pagarles una multa de mil pesos o hacer declaraciones de impuestos en forma correcta.
Viene un nuevo gobierno, lo vemos con un discurso que habla como primera parte no corromperse ni permitir la impunidad, hacemos votos porque cumplan, porque logren que este México lindo y querido sea más parejo, que premie por igual a los bien portados y sea severo, también por igual, con quienes hagan mal las cosas sin distinguir si son influyentes o cualquier ciudadano común y corriente.
Vaya, es tiempo de entender que la única forma de encontrar la paz en este país, ciertamente, tiene su primer escalón en la justicia como lo reclaman ahora familiares y amigos de desaparecidos, se trata pues, de provocar que cada delito se pague en su justa medida y tenga por seguro que luego de ello seremos mejores y hasta podremos aspirar a ser del primer mundo y encontrar la paz para siempre.