Es la impunidad…
20/04/2018 – Empezaba el sexenio de Tomás Yarrington, allá en Reynosa había ganado la presidencia municipal Gerardo Higareda Adams, un empresario ambicioso que se metió a la política y pronto escaló espacios hasta convertirse en alcalde de su pueblo, un puesto que le duró muy poco porque el gobernador en turno utilizó el Congreso local para quitarle el fuero y procesarlo por presunta malversación de fondos de la Comapa de aquel municipio, de la que había sido titular meses antes.
Las malas lenguas dicen que en la campaña Higareda le hizo una broma y luego una grosería al candidato a gobernador, a Yarrington, algunos afirman que lo tildó de homosexual y que le había pedido favores sexuales, otros que nomás lo hizo sentir como si fuera nada, el caso es que para la soberbia del ex mandatario cualquiera de las dos cosas le crearon un profundo rencor contra el reynosense del que ya no se supo nada.
Yarrington ordenó un proceso muy rápido para que fuera desaforado y le libraron órdenes de captura, lo querían meter a la cárcel pero se les escapó o quién sabe.
El caso es que nunca se supo si en realidad Higareda había cometido los delitos que se le imputaron porque así como se hicieron los procesos de rápido desaparecieron de la luz pública, como resumen de todo ese pasaje solo se recuerda que se filtró la especie de que el entonces alcalde de Reynosa había huido a los Estados Unidos y ya, todo quedaba en el olvido mientras un compadre de Yarrington, Humberto Valdez Richaud, El Betico, sin despeinarse siquiera era nombrado por el Congreso como presidente municipal de ese municipio y se despacharía con la cuchara grande, ahí se ganó el mote de El Caliches.
En el sexenio de Manuel Cavazos Lerma la víctima o el desaforado fue el diputado, en aquel entonces, Genaro de la Portilla Narváez, también en un proceso rápido lo separaron de su cargo y, éste sí, fue a parar a la cárcel.
Culpables o inocentes los funcionarios con fuero jamás han gozado de más impunidad que la que pueden obtener por gracia y consideración de sus superiores, casi siempre del gobernador en turno en lo local o del presidente de la República en lo federal pero en los hechos de nada les sirve el fuero.
¿Qué es el fuero?, se preguntará, es un privilegio constitucional que se otorga a funcionarios de elección popular y otros más para que no puedan ser sometidos a las normas legales por dichos o hechos en el ejercicio de su función, para que no sean procesados, eso dice el concepto o la ley más o menos, sin embargo el fuero en la democracia mexicana, o en el sistema político mexicano, en realidad no es nada porque cuando se quiere someter a cualquier político lo aplastan sin ningún miramiento y los ejemplos están arriba descritos y existen miles más en todo el país.
En realidad el fuero se parece mucho a las leyes que castigan el secuestro con 140 años de prisión, el peculado, la delincuencia organizada, los delitos cometidos por servidores públicos, en los hechos nunca o casi nunca se utilizan.
El preámbulo sirve para detallarle que otra vez el Congreso de la Unión, los diputados en este caso, son unos inútiles y la muestra es que hicieron todo un escándalo para anunciar que se aprobarán reformas a la Constitución para eliminar el fuero a los políticos y funcionarios de todos los niveles, según ellos, con esa acción todos, hasta el presidente de la República, podrán ser procesados sin problema alguno.
Exacto, los diputados mejor se deberían ocupar en hacer que funcione su Auditoría Superior y evitar que los políticos afines se roben el dinero destinado a los más pobres, al campo, educación, salud o el combate a la inseguridad y violencia, esa si sería una buena medida y no la torpeza que anuncian.
Porque además no solo se están burlando de los mexicanos cuando aprueban una ley de ese tipo ya que nadie podría procesar ni enjuiciar al presidente si no existe la forma de nombrar a un fiscal autónomo y nadie podrá llamar a cuentas a ningún político mientras no exista la voluntad de hacerlo, le repito, no solo es eso, también es que atentan contra la democracia y la posibilidad de perfeccionar el sistema político mexicano ya que el Poder Ejecutivo podrá meter a la cárcel o procesar e inhabilitar a cualquier político opositor que los acuse y no les pueda probar sus excesos.
Reitero, el fuero es como las leyes que castigan a los delincuentes, muy buenas, sería excelente que se utilizarán o aplicarán de manera correcta porque inhibirían la corrupción o el delito, nos llevarían al primer mundo, entonces el problema no es que lo tengan los políticos, el problema es que no lo aplican de manera correcta.
No, en este país la complicación no son las leyes, ni siquiera se requieren las reformas, es más, eliminar el fuero es atentar contra la democracia, darle una pistola al Ejecutivo para que a través de su Procuraduría y demás cuerpos de seguridad ejecute a quien le plazca, decida quién puede y quien no puede gritarle sus verdades, en resumen, lo que intentan en el Congreso es un retroceso, un golpe duro a todo nuestro sistema porque, otra vez, no se trata de leyes, se trata de que se apliquen bien, en este caso, no es el fuero, es la impunidad y la corrupción, estúpidos.