H.MATAMOROS, TAMPS., 26 de Diciembre de 2024
Marco A. Vázquez
10/01/18
Un mal ejemplo…
Maky Ortiz, la presidenta municipal de Reynosa, se ha convertido en un mal ejemplo para otros alcaldes, para otros políticos.
Un marido acusado de ser propietario de parte de la zona de tolerancia de Reynosa donde se investiga por la Procuraduría de Justicia del Estado el delito de trata de blancas y prostitución de mujeres menores de edad.
Un hijo al que muchos acusan de hacer negocios a la sombra del poder.
La Presidencia Municipal manejada por todos menos por ella, donde es más fácil que se acuse de pagar rentas elevadas a predios o casas propiedad de la familia de la presidenta o el marido a que se oriente dinero en beneficio de los más pobres.
Casi todo el Congreso del Estado en contra, incluso esta legislatura le tiene procesos administrativos abiertos por hacer nombramientos de su equipo de trabajo violentando el reglamento municipal y otras leyes internas más los que resulten de la fiscalización de los recursos públicos del ayuntamiento de Reynosa.
Un cabildo dividido, tanto que gran parte del mismo intenta todos los días exhibir excesos, yerros, locuras que, según los acusadores, solo son artimañas para quedarse con presupuesto.
Y, como último pecado, la torpeza de juntarse con priístas que son los enemigos de los líderes de su partido, con quienes la están utilizando al tiempo que ven la oportunidad de desprestigiar al PAN de Reynosa y asaltar el poder, el presupuesto.
Sin duda Maky le significará un problema político a su partido, al PAN, si le quitan la oportunidad de reelegirse se echarán encima a los grupos feministas que los acusarán hasta de violencia de género y si la postulan lo más probable es que pierdan por muchas razones, la principal es que el ciudadano observa bonanza en los cercanos de la presidenta y sus familiares mientras que el pueblo batalla casi con todo.
Hay más problemas para el PAN, en la revisión fría de las cosas, evaluaciones, encuestas y análisis del proceso electoral local del 2015 resultó que Maky ganó por tener la fortuna de ser del mismo municipio de donde emanó el actual gobernador del Estado, es decir, en estos momentos lo más probable es que si la postulan para reelegirse de presidenta municipal le significará una pesada carga a los dos candidatos a Diputados federales de los distritos que son afectados por ese municipio, para los candidatos a Senadores de su partido y hasta para Ricardo Anaya porque es probable que el ciudadano decida apoyar al PRI o a Morena antes que seguirla conservando en el poder del que no sabe cómo ejercerlo.
Lo de Maky viene a colación porque en el Partido Acción Nacional están por darse a conocer evaluaciones de los alcaldes, sondeos, trabajo en territorio que servirá para tomar decisiones sobre a quién van a postular para reelegirse y quien dejarán con las ganas de seguir rasguñando el presupuesto y gozando del poder.
Según quienes están cerca del Comité Directivo Estatal del PAN casi se puede dar por seguro que Maky no será postulada por ese partido para reelegirse, afirman que pocas cosas la favorecen, de hecho salvo su condición de mujer y su experiencia en campañas no hay nada que presumir de su administración municipal, en cambio si se sospecha de que se han cometido muchos pecados bajo la protección de la misma.
Pero también hay que opinar sobre Maky porque su administración es tan igual o quizá mejor a la que realizan otros alcaldes emanados de ese mismo partido, como lo que se comenta en Madero, lo que se platica en Mante, lo que se dice en Tula.
No, tampoco se salvan los del PRI o los independientes, de todos los partidos hay administraciones que son más para perseguir a los actuales alcaldes que para permitirles reelegirse.
Hoy es Maky el mal ejemplo, con todo que sale a defenderse y decirse inocente de las acusaciones que le hacen la gente poco le cree, ese será el detalle, saber si los partidos escuchan a sus pueblos o se dejan llevar por acuerdos y presiones que puedan representar cada uno de los que quieren reelegirse y lo hacen nomás porque no tienen pena, porque les sobra cinismo.
