Nuestros Columnistas Locales
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
29/11/17
Señoritingos…
¿Quiénes son los hombres de José Antonio Meade en Tamaulipas?, quizá por su trayectoria en la política y su formación pueda presumirse que entre ellos esté Baltazar Hinojosa, el ex candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas que, quién sabe si para presumir, por pura cortesía o nomás para espantar con el petate del muerto, subió a su cuenta de Twitter un mensaje de felicitación dirigido y felicitando al casi candidato del PRI en el cual incluía las palabras “mi amigo”.
Otros dicen que dentro de esos cercanos está el infumable ex gobernador Manuel Cavazos Lerma a quien propios y extraños ya lo hacen su coordinador de campaña en esta región del país.
Lo cierto es que, por más que se le busca, la lista es muy corta, algunos suman a tres Diputados federales como son el mantense Alejandro Guevara, el victorense Miguel González Salum y el riobravense Edgardo Melhem, aunque la realidad es que no hay constancia de esa cercanía con los mismos, nada, sólo palabras de los bienquerientes y que quisieran verlos triunfar.
Desde luego que ser amigo de pocos priístas es un arma de dos filos, por un lado puede ser bastante beneficioso para quien será el candidato tricolor ya que le colgarían menos pecados y provocaría menos odios al votante y por el otro será difícil que los tricolores operen a favor de quien no les garantiza, siquiera, que podrán contar con él.
Más aún, la cúpula tricolor tendrá que entender que no se necesita mucho para espantar a los ciudadanos y les retiren su apoyo, por ejemplo, a fuerza de ser sinceros si Cavazos se mete a la campaña no necesitarán a nadie más para desprestigiar todo y cuando se dice todo es todo.
De todo hay que decir que Meade empezó bien su precampaña, de estar casi muerto el PRI por fin fue tomado en cuenta por su principal oponente, por el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, el de Morena, y eso ya fue un avance.
Otro síntoma positivo para Meade es que Andrés Manuel se vio desesperado y poco inteligente al tratar el tema de su candidatura, no tuvo más que ofensas, lo llamó señoritingo, pelele, títere del sistema, en pocas palabras, se le acabaron los argumentos para tratar de desprestigiarlo en forma contundente, eligió la peor estrategia cuando a la mano tenía los resultados en el combate a la pobreza, los gasolinazos, la imagen de México ante el mundo.
A que vamos, a que los asesores de Andrés Manuel andan muy mal, creen que a estas alturas del partido todavía son tiempos para vestir a su candidato de fajador, no se han dado cuenta que ya ganó 10 de los 12 rounds de la pelea, que lo que sigue es boxear, que su manager y su esquina puedan leer la estrategia del contrario para capotearla con otros personajes y ya.
Es poco inteligente, por ejemplo, que todas las encuestas den como favorito a Andrés Manuel, muy por encima de todos, y lo pongan a pelear con alguien que ni siquiera existía, peor aún, que le sugieran dar golpes bajos y prohibidos a Meade que ya parece víctima, se ven poco inteligentes porque le dan nivel al contrincante y lo hacen martir en un país que tiene una enorme propensión por apoyar al más débil.
Andrés Manuel sigue siendo su propio enemigo y da la impresión de que tiene un miedo enorme a derrotarse, no puede controlar sus instintos primarios y sus cercanos son tan torpes que le tienen miedo, no le sugieren cosas inteligentes, no se enteran que aún cuando vayan muy arriba en las preferencias electorales todavía es una opción perder, que por ello ni siquiera era necesario subir a Meade, no era necesario personalizar porque fue darle vida a un ente que espantaba a la gente y ahora ya lo ven débil, como que merece una oportunidad y se la están dando.
La contienda se pondrá muy interesante, es seguro que pasará de los señoritingos, peleles y títeres a cosas peores, que se van a destrozar, más aún, que se llegará el momento en que el sistema compuesto por los enemigos de Andrés Manuel deba tomar la decisión de unirse al llamado urgente del voto útil y sobrevivir o dejarse caer en los brazos de su enemigo muriendo de nada.