Marco A. Vázquez
18/10/17
Meses complicados…
Para desgracia de los mexicanos cada proceso electoral es la época predilecta de los partidos políticos para arrojar mugre y frenar cualquier acto de gobierno sin reparar si es necesario, bueno, justo o malo.
En lo nacional, por lo pronto, lo turbulento y mugroso de la política ya obligó a la renuncia del procurador Raúl Cervantes quien se dijo rehén de chantajes partidistas y anunció a su salida tener resueltos los principales casos, entre ellos, conservar en la cárcel o con procesos bien sustentados a ex gobernadores que se dedicaron a robarle a sus pueblos y otro que tiene que ver con presuntos moches que solicitaron funcionarios de la actual administración a empresas privadas.
Y ciertamente México será rehén de los partidos políticos por lo que resta del proceso electoral, el presidente ya anunció que no habrá nombramiento de procurador ni de un fiscal con más independencia hasta en tanto no haya un presidente electo, cuando se acabe el proceso electoral pues.
Pero no son los únicos casos, en cada Estado los partidos políticos eligen su tema favorito para hacer escándalo, para ganar votos destruyendo sin detenerse a reflexionar si en realidad van por un buen o mal camino.
En Tamaulipas, por ejemplo, con todo el cinismo del mundo priístas y ex priístas arremeten contra el gobierno del Estado por el tema de la seguridad, de pronto le dan credibilidad a organismos no gubernamentales que en su tiempo de gloria llamaron tendenciosos y vendidos y por eso hoy afirman, con los números que antes negaron, que la entidad ocupa el tercer lugar nacional en delitos como el secuestro, la extorsión y otros delitos.
Es obvio que en el tema de seguridad pública hay muchas cosas por hacer, la violencia que se engendró y comenzó hace unos 20 años sigue viva, se cometen delitos casi todos los días y en esas condiciones es difícil argumentar un defensa de la estrategia que se sigue, es más, muy poco será creíble hasta en tanto no se vean resultados.
Solo dos cosas parecen distintas a los sexenios anteriores y no se pueden soslayar, en este sexenio se ve a policías estatales y ministeriales combatiendo delincuentes y hasta hace poco era todo lo contrario al grado de que hay elementos detenidos por participar como secuestradores; el segundo punto es que también es un hecho que la Procuraduría está más activa sancionando a sus funcionarios que cometen irregularidades lo que antes fue un sueño, incluso se han hecho públicas detenciones de agentes del Ministerio Público o peritos que dolosamente torcieron o bloquearon investigaciones contra delincuentes que mucho daño le hacían al pueblo.
Por lo demás, es muy real que los tamaulipecos requerimos la participación de todos los políticos y activistas opositores al actual gobierno, sobre todo de los expertos en seguridad pública, créalo que es urgente que se pongan las pilas para exhibir lo que esté mal, para reforzar lo que se haga medianamente y para no permitir que se vayan al traste las buenas acciones y menos por situaciones políticas o chantajes de partidos que solo van a la pepena de votos destruyendo todo sin importar si le hacen daño a los tamaulipecos o no.
Vaya, la postura que han tomado muchos priístas de destruir todo lo que huela a estrategia de seguridad sería bienvenida si fuera acompañada de propuesta o de una franca idea de ayudar al pueblo, el problema para nosotros es que los tricolores que ahora denuncian están muy lejos de sentir algo por la gente de a pie, dudo que sientan dolor o pena alguna por quienes gobernaron durante unos ochenta años, la prueba fiel es que durante los últimos veinte que hemos sufrido los embates de la delincuencia solo callaron mientras estuvieron favorecidos por los presupuestos, por un gobierno que les daba poder y los tiene en los lugares privilegiados que ahora ocupan.
En resumen, la postura de la mayoría de los legisladores tricolores solo es parte de su ambición por recuperar el poder, en su cinismo de acusar a un gobierno de ser culpable de lo que ellos construyeron, creen que la gente es tonta y no puede notar que lo único que desean son votos al costo de lo que sea, exacto, sus denuncias tienen más tufo de chantaje electoral y pepena de sufragios que de una postura que nace de un genuino dolor por lo que sufrimos los tamaulipecos.
Vienen meses complicados, lo que ahora vemos, el cinismo, las acusaciones baratas y ese afán de provocar el caos y destruir apenas empieza y no se frenará hasta en tanto no tengamos presidente, senadores, diputados federales, en el caso de Tamaulipas también de alcaldes, electos, triste nuestro caso, todavía nos falta mucho por sufrir.