Marco A. Vázquez
22/09/17
Frida Sofía…
Nos arrancaron lágrimas con el nombre de una niña que nunca existió, nos afirmaron mil veces que Frida Sofía estaba atrapada bajo los escombros de un colegio que se derrumbó por el temblor en la Ciudad de México, el Enrique Rébsamen.
Sin embargo en esta época un cuento o una mentira duran muy poco, así el tema se le fue escapando de las manos a la televisora hasta que de pronto los más informados del país se exhibían como una turba de inventores de tragedias, como quien explota los sentimientos de la nación en busca del like, retuit o el rating.
Siento, o mejor dicho me gusta creer, que fue más una historia hilvanada con fragmentos de unos y otros, procurada por sentimientos y aderezada por la torpeza de los jefes de información en Televisa y otros medios de comunicación que nunca tuvieron el tino de pedir que buscarán a familiares de la presunta atrapada o confirmar si existían desaparecidos de ese colegio, la buena fe nace porque es un hecho que lo impresionante de los derrumbes, la muerte de más de 200 personas y la movilización de millones de mexicanos no requerían un cuento chafa como cereza de un pastel, vaya, no veo dolo solo torpeza originada por la poca costumbre de los medios de comunicación de atender a un pueblo y trabajar para el mismo.
Las sospechas de que no existía Frida Sofía crecieron cuando pasaditas las nueve de la noche del miércoles, en entrevista con el secretario de Educación, Aurelio Nuño, que estaba encargado de ese derrumbe, le dijo a la televisora que ningún familiar de niños del colegio estaba en contacto con ellos, es más, que todos se habían retirado.
¿Qué madre habría cometido semejante acto?, exacto, Frida Sofía empezó a convertirse desde ese momento en un fantasma aunque la televisora insistió hasta donde le fue posible que bajo los escombros estaba una niña de 12 o 13 años y que ella les había asegurado que tenía contacto con cinco más, lo aseguraban a sabiendas de que ya no era sostenible la versión porque el pueblo no podía tragarse el cuento, para el auditorio a esa hora resultaba imposible que no pudieran localizar familiares o amigos de una estudiante con ese nombre.
La historia, por supuesto, sirvió para alimentar odios, para que la gente insistiera que las televisoras y medios de comunicación son parte de un sistema corrupto y también para seguirle atizando a la idea de que los partidos políticos donaran un porcentaje de sus prerrogativas para reparar los daños causados por el sismo.
Obvio es que pocos esperaban que el PRI, PAN, Morena, PRD, PANAL y todos los partidos habidos y por haber solicitaran “con todo el fervor” que Hacienda les retenga prerrogativas y se destinen como apoyos a los damnificados, que se haga, dicen ellos, sin fines de lucro y de forma muy transparente.
Acertó, el tema se parece mucho al cuento de Frida Sofía, allá cuando pase la emergencia y todo el odio que están sembrando los enemigos del país no dude que resultará que el INE, Hacienda y los demás organismos públicos se negarán a hacer esos procedimientos y amenazarán con sanciones a partidos sino justifican ese dinero, es decir, en realidad la donación de cientos de millones de pesos la hacen a sabiendas de que no procederá, en el peor de los casos, si les agarran la palabra, pues no es dinero suyo y quizá hasta pudiera servir para atraer votos.
La diferencia entre la crónica de un rescate y la donación ficticia de recursos millonarios a la reconstrucción es que en el primer caso hay más torpeza que mala fe y en lo segundo, en el tema de los partidos, estos actúan con perversidad, hacen campaña política en plena tragedia, gestionan votos y saludan con sombrero ajeno pasando sobre nuestros muertos y nuestro dolor.
Lo malo para este país es que se siembran odios en épocas difíciles, cuando la gente está muy sensible, cuando es imposible meditar sobre lo que le conviene a México.
Miré, realmente el dinero que se invierte en democracia es mucho pero no significaría nada si con ese recurso pudiéramos lograr tener gobernantes decentes, de propuesta, honestos, por ello se trata de que en campañas gasten dinero público y por tanto se vean en la obligación de trabajar para el pueblo contrario a la terquedad de dejarlos sin dinero, eso sería lo mismo que obligarlos o invitarlos a que lo busquen entre los malos empresarios o, cosa peor, entre los narcos y criminales y la violencia, impunidad, corrupción e inseguridad sigan como hasta hoy.
Lo mismo pasa en el caso de Frida Sofía, fue una historia que movió a México, que nos demostró que podemos ser sensibles pero que nos alertó de forma terrible que es muy fácil caer en una mentira o en un cuento y por lo tanto debemos cuidarnos mucho, trabajar más, solidarizarnos, apoyar, ser mejores para que los demás no tengan oportunidad de seguir mintiéndonos o darnos información falsa.
En otras cosas… La solidaridad de los tamaulipecos se nota en cada centro de acopio, el Gobierno del Estado instaló uno en el DIF Tamaulipas y se coordina con todos los gobiernos municipales, aquí en Victoria el paseo Libre 17 se convertirá el domingo en uno de ellos a propuesta del alcalde Oscar Almaraz, también la Universidad Autónoma de Tamaulipas por instrucciones del Rector Enrique Etienne participa recolectando todo lo que pudiera ser útil.
Eso es Tamaulipas, un Estado solidario, que apoya, que se queda con la conciencia tranquila y se aleja de tantas tonterías sobre el presunto saqueo de donativos, no se duda que existan pero bien se sabe que los tiempos no están para quedarse con ese miedo o pensando, que están para actuar.