Marco A. Vázquez
22/02/16
Que renuncie…
Llegué a la chamba, le dije al dueño del periódico que cerrará la edición con lo que tuviera, no se me ocurría cómo encabezar notas, menos tuve idea para jerarquizar la información así que le dejé la chamba a la tropa, a los reporteros y fotógrafos que todos los días andan en la calle partiéndosela, trabajando para que el periódico funcione y yo cobre como director, pueda gozar de las prerrogativas y la distinción de un director, que en la calle me vean y traten como un director.
“Si no puedes renuncia”, habría dicho el dueño a sabiendas de que nadie es indispensable en ninguna empresa, que siempre habrá personas que quieran hacer las cosas mejor o por lo menos intentarlo.
Obvio que no podía renunciar porque al dejar de ejercer mi cargo perdería hasta la gasolina que me dan en vales para “desarrollar mi chamba”, ya ni se diga que no podré facturar las comidas o reuniones que a veces disfrazo como si fueran de trabajo, menos podría estar pensando en salir, de vez en vez, a una de esas vacacioncitas con todo pagado y con atenciones que solo un personaje con mi cargo puede gozar.
Hasta el momento no sé que vaya a pasar, el dueño del periódico está aterrorizado, ni siquiera es capaz de imaginar cómo sería su periódico sin mí, un simple mortal con más suerte que ingenio, con más suerte que ganas de trabajar.
Mientras tanto, con algo de pena, veo que no soy el único en estas condiciones, antes Leticia Salazar, la alcaldesa de Matamoros, habría pedido a su gente, a su pueblo, que se meta en casa, se encierren a piedra y lodo, con tres candados, según ella, porque en la calle había mucha inseguridad, cierto, Lety se olvidó que ella era la señora presidenta, que su obligación es darle esa tranquilidad, seguridad, paz a quienes votaron por ella o, de perdido, buscar y hacer pactos con quien quiera y pueda intentarlo, obvio, en el mejor de los casos, que renuncie si no puede.
Viernes, sábado, la capital de Tamaulipas sufrió una serie de ataques que bien se pueden calificar como terroristas, hubo muertos según el boletín oficial, también hubo resultados de parte de la autoridad estatal al atrapar a los culpables de la situación, a cuatro de ellos y según el mismo boletín, mantener abiertas investigaciones y reforzar la vigilancia que logró que nuestro domingo fuera igual a todos los demás, con la gente en los lugares de paseo, en el cine, en las tiendas.
Con todo y los resultados la capital de Tamaulipas murió por un par de días, su gente quedó paralizada, aterrorizada, así como mi director, y tampoco sabía qué hacer, menos cuando quien cobra como nuestro alcalde, Fernando Méndez Cantú, en la más feliz de sus ocurrencias casi decretó un toque de queda, le pidió a la gente que se quede en casa porque en la calle hay mucha inseguridad, ándele, igualito que la alcaldesa de Matamoros, igualito que la presidentita Leticia Salazar.
Luego se vinieron especulaciones cuando se encontraron negocios cerrados con anuncios con una misma redacción, los maliciosos llegaron a la conclusión, piensan, que es una treta para desestabilizar, que pudiera ser que es más el miedo que la realidad, vaya, que el Ave Azul se está replicando en tierras tamaulipecas con la única intención de ganar la elección de junio que viene, para quienes no saben, con ese nombre se denominó un operativo electoral aplicado por Felipe Calderón para aterrorizar a México, dividirlo y ganarse el voto de la mayoría de esas minorías.
Una cosa es innegable, si Fernando Méndez Cantú no puede lo primero que debe hacer es agarrar sus tiliches y largarse, renunciar, solicitar licencia, separarse de su cargo y, si le va a entrar pues que empiece por dar la cara y diga que ocurre exactamente en Victoria, que hará para mejorar nuestras condiciones.
Es verdad, una parte de la población creerá que en realidad Fernando y Leticia fueron leales con su pueblo al reconocer que pasan cosas, lo cierto es que a eso se le llama cinismo porque el pueblo sabe perfectamente lo que pasa, es decir, la autoridad municipal debe entender que lo único que buscamos son soluciones no que nos metan más terror.
Triste Tamaulipas cuando sus alcaldes están haciendo lo que mejor han hecho, esconderse de su pueblo, irse a vivir a lugares seguros y siempre escoltados, hablar con verdades a medias o de plano meterse en un hoyo para no decir nada.
Más triste sería la situación si todo se tratará de un asunto de buscar votos a través del terror, de pegarle al sistema para que la gente crea que todo está perdido, de usarnos como carne de cañón nomás para ver quién sale ganando.
Finalmente, en verdad, no son tiempos de quebrarnos, hay que tomar las calles como nuestras, hay que entender que no debemos dejar vacíos porque siempre habrá quien los ocupe, y pedir que cada quien haga lo suyo.
Si, si, por el amor de Dios, al alcalde de Victoria, a la alcaldesita valiente de Matamoros, a todos los que caerán en esa tentación de hacerse los honestos nomás para no trabajar, pues les pedimos lo que me dijo mi director, si no pueden que renuncien, que se vayan a su casa y ahí nadie los molestara.
En otras cosas… para quienes quieran enterarse de lo que ocurre en Tamaulipas le dejó el siguiente enlace, http://tamaulipas.gob.mx/2016/02/comunicado-del-grupo-de-coordinacion-tamaulipas-711/
Pero además la página le servirá para enterarse de toda la operación gubernamental de la administración de Egidio Torre Cantú, acceso a programas, proyectos, entre muchas cosas…
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Las actividades se iniciaron el sábado con la Segunda Edición de la Gran Carrera, Trote y Caminata Familiar que se desarrolló en el Centro Universitario de Victoria y recorridos por calles del centro de la ciudad.
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