19/08/15.-Existen los que sostienen que la vocación es algo con lo que se nace, que lo llevamos en nuestro interior desde chicos cuando nuestros padres nos miraban y ya vislumbran en nosotros alguna habilidad. Sin embargo, también están los que sostienen que la vocación es algo que se construye con el tiempo y en eso ¡estamos de acuerdo! Cambiar de carrera universitaria no es un fracaso. Probar, experimentar y conocer distintos ámbitos es lo que nos ayuda a definir qué es lo que de verdad queremos hacer. ¡No te frustres! Decidir seguir otra cosa no tiene nada que ver con el fracaso. Elegir qué queremos estudiar -y por lo tanto definir nuestro futuro- entre los 17 y los 18 años es un tanto apresurado. Son muchas las experiencias que nos quedan por vivir hasta ese entonces y la mayoría de los adolescentes no está listo para tomar una decisión tan compleja. La sociedad y el sistema educativo nos hacen en cierta forma elegir aun cuando no estamos muy seguros de qué queremos. Pero, ¿cómo estarlo? Puede pasar que algunas personas elijan su carrera por la salida laboral, por pensar que se gana mucho dinero o por impulso de los padres. Cuando la motivación no es propia es muy probable que a la larga decidamos cambiar nuestro rumbo o que terminemos la carrera pero que nunca ejerzamos la profesión.
Síntomas del cambio
A veces, durante la carrera experimentamos algunas sensaciones que nos hacen dudar de si estamos o no en el camino correcto. No necesariamente porque sientas alguna de estas cosas tienes que replantearte tu rumbo, pero sí es cierto que si los síntomas persisten en el tiempo y te das cuenta de que ya no quieres seguir con eso, es momento de cambiar. Cambiar para mejor, para encontrar algo que te haga sentir más animado y que te ayude a cumplir con tus deseos personales.
Algunas forma de darte cuenta son:
Sientes que no es lo tuyo. No te ves haciendo ese trabajo.
Te aburres durante el curso.
No tienes ganas de ir a clase.
Ninguna de las materias te entusiasma.
Consejo
Aprender a escucharse a uno es lo que hará que nos demos cuenta de si llegó el momento de cambiar de carrera. Si estás en esa etapa y no sabes qué vas a hacer después, ¡no desesperes! Es sólo cuestión de tiempo, perseverancia y confianza en uno mismo.