Cada vez menos familias emigran en lapsos de veda

Aunque en menor índice en los últimos años a causa del aumento constante en insumos, estimando primordialmente el costo de pasaje y/o combustible, hay familias pesqueras -sin hijos en edad escolar- que emigran durante la temporada de prohibición de captura de camarón.
Amas de casa del poblado la Carbonera, así como Norma de Hernández, de Punta de Piedra, indicaron lo anterior, agregando que el crustáceo es el producto de mayor impacto que se refleja en la economía de los pescadores ribereños y es por esa cuestión que desde hace décadas los pescadores optan por buscar alternativas para conseguir la manutención.

Situación
“Antes las casitas se quedaban solas la mayoría, pero en los últimos 6 o 7 años cada vez es más caro viajar, pero aún así hay algunas familias que se llegan a endrogar o juntan con tiempo el recurso para el pasaje o para la gasolina y se van por varias semanas, a excepción de los hogares en que hay hijos en escuelas al entorno, ya que en esos casos solamente cambian de domicilio en lapsos que coinciden con las vacaciones”.
Se estableció que la razón por la que se llegan a trasladar algunas familias en los lapsos de veda de camarón, de lisa/lebrancha o de tiburón, es para buscar oportunidad de empleo en su mayoría en sus lugares de origen.

Alternativa
“Aunque hay quienes se limitan a trasladarse temporalmente a rancherías o en la propia cabecera municipal, donde llegan a aceptar labores de venta de paletas, de nieves, de venta ambulante de frutas, limpia de solares, ayudantes de albañil, entre otras faenas”.
Externan que “desde luego, la emigración transitoria se llega a dar cuando el pescador vive solo o cuando el matrimonio no tiene hijos en edad escolar, porque donde hay hijos en escuelas de campos pesqueros, como es primarias, telesecundaria o del colegio de bachilleres, pues entonces si acaso es el padre de familia el que se va en busca de otras oportunidades de empleo, para tener algo de finanzas para sus hijos y esposa.

Amas de casa
Hacen mención las entrevistadas sobre la temática, que en el caso de las madres que mantienen a su familia al no contar con marido, también se ven en dificultades, “si no hay más, procura emplearse en labores de fileteo de pescado, en captura o despique de jaiba, en faenas de campo, ayudante en tiendas o casas, venta de ropa de segunda, etcétera, que prácticamente es lo mismo en cualquier temporada, pero siempre se batalla más para obtener lo suficiente para gastos más esenciales, cuando hay veda de camarón, porque la venta de este producto es lo que más nos puede dejar para subsistir, desde la persona que captura, como el que lo compra, incluyendo los participantes en el procesamiento del mismo”.

Agencias

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