19/09/2016 – Sobre ello dijo, “estamos buscando con estas acciones que la percepción de seguridad por parte de la ciudadanía en distintos tramos carreteros sea de confiabilidad, y regresar la confianza tanto para las autoridades como para que los viajeros tengan la certeza de que estamos vigilando sus trayectos”.
Estas acciones se derivan de los incidentes que se dieron en Nuevo Laredo, como de otros incidentes que no han sido reportados a la autoridad federal, pero que ante la exigencia de los sectores productivos se implementan acciones emergentes para reducir los niveles de inseguridad.
Ciudad Victoria el más peligroso
De acuerdo con un balance por la autoridad federal se determinó que el trayecto que conduce de Matamoros a Ciudad Victoria es de los más peligrosos, por lo que asegura se han intensificado las acciones de resguardo donde resalta una baja en la incidencia de asaltos a automovilistas.
Aunque no reveló de manera exacta los resultados alcanzados por estrategia de seguridad, Félix Alonso, asegura que se han dado importantes avances en la contención de asaltos carreteros en la zona norte del Estado, acciones que se extiende hacia otros puntos del Estado donde la incidencia va a la baja.
Incertidumbre es latente
Y es que el Estado por más de cinco años ha liderado la lista de las carreteras y caminos más peligrosos del país, así lo confirma Guadalupe Ríos, delegado en Matamoros de la Confederación Nacional de Transportistas (CONATRAM), quien señala que la agrupación a la que pertenece tiene contempladas como las carreteras más peligrosas del país para el transporte de carga por robos, violencia y secuestros la Rivereña, que conecta Reynosa con Laredo, en Tamaulipas; la Monterrey-Tampico; la Matamoros-San Fernando; la Mante-Ciudad Victoria y la carretera Hidalgo-Tampico.
Asegura el transportista que las pérdidas de las compañías en los primeros 9 meses de 2016 sumaron aproximadamente 243 millones de pesos, lo que ha hecho que las empresas eviten estos caminos, incluso ya no quieren entrar en la entidad, dice el entrevistado.
Mario Alberto Hernández