Blanquita, en vilo, con indigencia y luces apagadas

26/12/15.-A casi dos meses del último espectáculo que ofreció en sus instalaciones, el legendario Teatro Blanquita [2] permanece cerrado y a la espera de una resolución: su venta, reapertura a cargo de otra administración o demolición para construir departamentos, un estacionamiento o quizá un centro comercial.

En su exterior aún luce la marquesina que anunció el concierto del 30 de octubre, a las 21:00 horas, del grupo Víctimas del Dr. Cerebro, pero las cuatro taquillas tienen sus luces apagadas y ya no están quienes las atendían ofertando precios populares.

Al interior se encuentran tres vigilantes, y mientras uno lee su periódico recargado en la barra que aún luce la lista de precios de alimentos y bebidas, los otros dos responden tras la puerta de cristal que no están autorizados a dar información sobre el futuro del recinto.

Afuera, como todos los días y enfrente de la estatua de bronce en honor a María Victoria, abre un puesto de periódicos, pero ya no se vende como antes, dice su voceador. Aunque él barre y lava su espacio con agua, jabón y cloro, muy poca gente se detiene a comprar su periódico o revista.

Y es que la Plaza «Aquiles Serdán», frente al Teatro Blanquita, es punto de reunión de aproximadamente 200 indigentes que a diario comen, duermen y hacen ahí todo tipo de necesidades, por lo que en el ambiente se percibe un olor fétido y abundan los remolinos de moscas.

La gente que transita frente al Eje Central Lázaro Cárdenas, número 16, en la colonia Centro, prefiere no cruzar la explanada por el temor de que los vagabundos les arrebaten sus pertenencias o los agredan, si es que por error llegan a pisar los cartones, colchonetas donde ellos duermen o las cobijas que los protegen del frío en la madrugada.

«Normalmente están drogados, inhalan thinner o resistol, por eso mejor ni meterse con ellos porque se ponen muy agresivos», comentó uno de los trabajadores del estacionamiento de al lado, el cual también luce semivacío, pues ya tampoco hay quienes deseen guardar su vehículo por algunas horas.

Aunque el camión de basura llega todos los días y los barrenderos recogen los desperdicios y papeles regados, una hora después pareciera que nada de esto ocurrió porque los indigentes regresan de recolectar objetos y desechan al piso lo que no les sirve.

El Teatro Blanquita, que ha sido uno de los espacios culturales más representativos de la Ciudad de México, se inauguró el 27 de agosto de 1960 a iniciativa de la escritora y empresaria Margo Su y su esposo Félix Cervantes.

Ahí se presentó una infinidad de artistas y comediantes del teatro de carpa o de revista, y hasta la época actual, como María Victoria, Libertad Lamarque, Jesús Martínez «Palillo», Antonio Espino «Clavillazo», María Elena Velasco «La India María», Francis, Daniela Romo, Juan Gabriel, Los Hermanos Castro y Enrique Guzmán, por citar algunos.

En noviembre pasado, los representantes de las empresas Generamúsica y Showtime informaron mediante un comunicado que, por así convenir a sus intereses, dejarían de operar la llamada «Catedral del Espectáculo» que es propiedad de Blanca Eva Cervantes, quien hasta el momento no se ha pronunciado para dar a conocer las medidas que tomará respecto al lugar.

«Cuando cerraron el cine Mariscala, que está aquí adelante, dijeron que lo iban a reconstruir para dejarlo más bonito, pero está cerrado desde hace 23 años, ojalá no ocurra lo mismo con El Blanquita, porque desde que lo cerraron nadie ha venido, sólo están los vigilantes», comentó el voceador del local de periódicos que abre desde 1957.

«Antes vendía por lo menos tres o cinco ejemplares de cada periódico, ahora todos los devuelvo, pero no puedo cerrar mi puesto porque llega la gente de la delegación y se lo lleva para tirarlo en un cementerio de puestos que está en la calle de Sullivan», añadió don Gilberto.

Lo mismo le ocurre a Celia Gómez, quien atiende una de las fondas en la Plaza Pensador Mexicano, pues dice que antes por lo menos iban a comer quienes hacían la limpieza en el teatro, las acomodadoras, los que vendían dulces en la barra o los cortadores de boletos.

«Ahora he tenido que reducir los platillos para vender, porque si no, se me echa a perder la comida. Así como ellos perdieron su empleo, nosotros también estamos perdiendo nuestra forma de subsistir, olajá pronto lo abran de nuevo», apuntó.

En fecha reciente, a través de sus redes sociales, el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, solicitó al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que declarara al Teatro Blanquita como Patrimonio Cultural y Artístico, pero hasta hoy no ha recibido respuesta.

La diputada y actriz Carmen Salinas recordó en entrevista con Notimex que la primera vez que se anunció, hace varios años, el cierre del espacio, recurrió al periodista Jacobo Zabludovsky y al entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, para que abogaran por él.

«Ahí trabajaron muchos amigos míos, los más grandes artistas que México ha dado y sería una pena que no exista más, así como le pasó al gran Teatro Lírico. El próximo año insistiremos en esto hasta que se haga algo al respecto», apuntó Salinas.

Notimex/El Bravo

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