Armas en los campus; la batalla no se detiene


10/05/2016 – Ésa es la realidad que enfrentarán las universidades públicas en Texas este verano, cuando entre en vigencia una nueva ley estatal que abruma a profesores y alumnos.

Antecedente
Hace 50 años, Charles Whitman subió a la torre del reloj en la Universidad de Texas en Austin cargado con pistolas y rifles. Tras haber asesinado a su madre y esposa, disparó a 43 personas y mató a 13. Fue la primera matanza ocurrida en un campus universitario en Estados Unidos. El próximo uno de agosto se cumplirá el aniversario de la tragedia, el mismo día que se implementará una nueva ley en Texas que autoriza a los estudiantes a portar armas en el campus. Hasta ahora estaba prohibido llevar todo tipo de armas en recintos de educación superior, pero la Ley SB11 (conocida como Campus Carry), aprobada el año pasado, autoriza ahora a los estudiantes con licencia a portar armas en los campus universitarios públicos.

Nuevas normas
La norma también permite que los presidentes de las instituciones designen zonas libres de armas. Los centros de estudio privados pueden mantener la prohibición, como ya lo han hecho universidades locales de gran prestigio como Rice y Baylor. Las universidades públicas, sin embargo no tienen otra opción, a pesar que profesores y alumnos protestaron contra el cambio. “Aquí no podemos tener tostadores ni planchas en las habitaciones, pero sí una pistola, es ridículo. Tener armas en la universidad no es una solución adecuada para entregar más seguridad”, explicó Leonardo Angulo, alumno de la Universidad de Texas en Austin. “No necesitamos armas en los campus. Tenemos fuerzas de seguridad entrenadas. Lo que más me preocupa son los accidentes. “Las personas son descuidadas. Los estudiantes dejan caer sus lápices y cuadernos, pueden olvidar perfectamente poner el seguro a su arma”, aseguró María González, profesora del departamento de inglés de la Universidad de Houston.

Batalla interna
La Universidad de Houston, Texas A&M y la Universidad de Texas, entre otras, han implementado directrices internas para sobrellevar la transición. La Universidad de Texas y Texas A&M en particular, tienen una amplia red de centros de estudios en el estado y han sido dos de las instituciones donde la ley ha causado mayor controversia. Tras un amplio debate Texas A&M decidió autorizar a los estudiantes a portar armar en los salones de clases y dormitorios, pero estableció restricciones en lugares como laboratorios científicos, instalaciones en que haya estudiantes preescolares, de primaria y secundaria, lugares donde se dé asesoramiento psicológico y donde se realicen eventos interescolares y deportivos. En la Universidad de Texas, más de 280 profesores presentaron una petición donde aseguraron que la nueva legislación era un asalto a su derecho de libertad de expresión.

Agencias

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