Alimentación vintage
29/09/15.- La forma más sencilla, barata y ecológica de prevenir o tratar enfermedades degenerativas es llevar una dieta adecuada, afirma Boris Chamás, pero hay que aprender qué hay detrás de los alimentos que ingerimos para lograr comer «saludable y agradablemente».
Ello permitirá diseñar la dieta que más conviene a cada quien, sostiene, porque no hay una sola que funcione de la misma manera para todos.
Chamás, docente en el Instituto para la Nutrición Integral de Nueva York, compila en el libro El poder del alimento (Grijalbo) evidencia científica reciente que comprueba la relación entre las enfermedades y la alimentación.
Subraya que los problemas del corazón, por ejemplo, no existían hace 100 años, pero el estilo de vida contemporáneo y la manera como se procesan los alimentos han abonado a la pandemia de enfermedades crónicas.
«La industrialización del alimento es la principal causa de los problemas de salud», explica.
«La agricultura convencional, al estar abusando de pesticidas, ha debilitado los suelos y ya no pueden aportar a los vegetales la misma cantidad de nutrientes».
Por eso, el autor recomienda la agricultura orgánica, consumir una dieta basada en alimentos integrales, poca proteína animal, semillas, germinado, plantas y vegetales mayoritariamente crudos, sin excesos.
«El mantra de la alimentación es calidad y cantidad», detalla, «hacer que lo verde sea el protagonista y no el adorno de la hamburguesa».
Así como reducir las cantidades de azúcar, edulcorantes artificiales, bebidas gaseosas, las grasas y los productos altamente refinados.
Además, propone rehacer de la hora de la comida un rito, reconocer las señales del cuerpo para lograr comer en porciones adecuadas.
«Si yo como viendo televisión, con el celular en la mano, leyendo un periódico o atendiendo un trabajo, no voy a reconocer las señales del cuerpo. Antes la comida era un rito, las personas no se sentaban a hacer otras cosas y eso les permitía comer únicamente lo que necesitaban».
Aconseja aprender a identificar la sensación de saciedad, comiendo consciente y lentamente, hasta el 80 por ciento de la capacidad del estómago, no sobrellenarlo.
Para Chamás, una dieta saludable permite comer de todo un poco, sabiendo combinar.
«Yo creo en la receta del 90-10 . Si yo hago el 90 por ciento de mi dieta buena, me puedo dar 10 por ciento de antojos y no pasa nada, no nos vamos a deteriorar. Lo que no podemos hacer es lo contrario, una dieta mal en 90 y 10 bien».
Agencia Reforma