Ahora escándalos financieros arriesgan Nobel de Literatura
Copenhague, 01/05/18.- Por primera vez desde 1943 existe un riesgo considerable de que no sea entregado el premio Nobel de Literatura y no por falta de mérito de los autores, poetas y ensayistas del mundo, sino por los escándalos de abuso sexual y delitos financieros que involucran a la Academia Sueca, además de las renuncias de sus integrantes.
La prestigiosa academia ha admitido que “un comportamiento inaceptable en forma de una intimidad no deseada” ocurrió dentro de sus filas, pero su manejo de las acusaciones es lo que ha acabado con su credibilidad, originados cuestionamientos de juicio y obligado a renunciar a Sara Danius, su primera secretaria femenina permanente.
Un debate sobre cómo enfrentar sus fallas también ha dividido a sus 18 miembros, quienes tienen un puesto vitalicio, a pesar de los cual siete de sus integrantes decidieron retirarse o desasociarse de este grupo.
La más reciente renuncia, anunciada el sábado, dejó a la institución con 11 personas para considerar quién debería ganar el Nobel de Literatura 2018 en su próxima reunión semanal en Estocolmo este jueves.
La Academia Sueca podría decidir posponer o cancelar la entrega del premio este año, porque no se encuentra en condiciones de elegir un ganador.Anders Olsson, quien tras la renuncia de Danius ha ocupado de manera temporal el puesto de secretario permanente, dio indicios de este escenario en declaraciones a la radio pública sueca SR la semana pasada.
Katarina Frostenson es una poeta integrante de la Academia, y su esposo Jean-Claude Arnault ha sido acusado de imporpia conducta sexual además de financiamiento indebido a su centro cultural (perfil.com)
Si la academia continúa su proceso y elige a un ganador para 2018, algunos consideran que el mérito del galardonadopodría verse empañado por el desastre en el cual no tuvo nada que ver.
“Realmente depende de quién lo gane. Esa persona necesita saber por lo que ha pasado la academia y quizá responder a la crisis”, dijo Mads Rosendahl Thomsen, profesor de literatura en la Universidad Aarhus de Dinamarca.
Los premios más prestigiosos en ciencias, medicina, literatura y esfuerzos por la paz no se han entregado 49 veces en total desde que se crearon de acuerdo al testamento del inventor sueco Alfred Nobel en 1901.
El pleito interno de la Academia Sueca se desató por un escándalo de abuso sexual relacionado con Jean-Claude Arnault, una importante figura cultural en Suecia quien es también esposo de la poeta Katarina Frostenson, miembro de la academia.
A finales del año pasado un importante diario sueco publicó acusaciones de 18 mujeres contra Arnault por una conducta sexual inapropiada. Arnault, de 71 años, dirige un centro cultural que solía recibir fondos de la academia y hasta ahora ha negado las acusaciones, mientras que la policía dijo que está investigando algunas de ellas.
El diario sueco Svenska Dagbladet reportó primero las múltiples acusaciones contra Arnault el año pasado. En abril el diario publicó una historia en la que acusaba a Arnault de toquetear en el trasero a la princesa Victoria hace 12 años. Supuestamente uno de los asistentes de la princesa le retiró rápidamente la mano, dijo el diario, que citó tres fuentes anónimas.
También se sospecha que Arnault ha violado las reglas del Nobel al revelar los nombres de los ganadores del premio, supuestamente siete veces, desde 1996. No estaba claro cuáles nombres habría revelado.
La dudosa respuesta de la Academia
Algunos miembros masculinos de la academia trataron de obligar a Frostenson a renunciar a la academia por los supuestos cometidos por su esposo, y anunciaron que no seguirían siendo parte del grupo cuando fracasó la votación de su moción.
Y aunque por motivos técnicos los miembros de la Academia no pueden renunciar realmente, Frostenson se retiró el mismo día que Danius fue obligada a retirarse.
El escándalo cobró entonces proporciones mayores, pues los observadores notaron que, a pesar de la influencia mundial del movimiento #MeToo, las integrantes femeninas de la academia parecían estar pagando los platos rotos por las supuestas faltas de un hombre. Desde entonces la academia ha prohibido que Arnault asista a eventos del Nobel.
El profesor Thomsen calificó como “prudente” si la academia pospone la premiación de 2018 hasta que se resuelvan sus asuntos. “Hablando en términos generales, la academia es una institución que se ha desarrollado en la tradición y la opacidad”, dijo. “Debe ser moderna pero mantener un poco de mística alrededor de ella al mismo tiempo”.
El aire de intriga se volvió más pesado el viernes cuando la unidad de delitos financieros de la policía sueca dijo que había iniciado una investigación preliminar “relacionada con la Academia Sueca”. La policía no dio otros detalles.
Los medios suecos reportaron que Frostenson y Arnault están en medio de las acusaciones, que se centran en los pagos al centro cultural de Arnault. La academia sueca financió las operaciones del centro Forum de 2010 hasta finales de 2017, cuando surgieron las acusaciones por abuso sexual contra Arnault.
La misma Fundación Nobel dice que su premio de literatura corre el riesgo de perder su dignidad por los escándalos.
Rebecca Lundberg, editora de cultura de la televisora sueca SVT, ha comparado la situación con “una tragedia griega” y ha pedido un cambio total en la regulación de la academia.
“No podremos definir a los ganadores del premio Nobel si no hay una reinterpretación de los estatutos”, dijo Lundberg a SVT.
El mecenas principal de la academia, el rey Carlos XVI Gustavo, ha dicho que el trabajo para permitir que los miembros renuncien ha comenzado. De acuerdo a las reglas actuales de la academia, sus 18 miembros técnicamente no tienen permitido abandonarla y se requieren 12 votos para que ingrese un nuevo miembro.
“Uno no puede dejar de pensar en las tensiones que hay dentro de la academia tan solo para elegir a un ganador y el espectro ha sido muy grande en años recientes”, dijo Rosendahl Thomsen, al mencionar a ganadores como la periodista bielorrusa Svetlana Alexievich en 2015 y el cantautor estadounidense Bob Dylan en 2016. “Nada más hay que imaginarse cómo ha estado la atmósfera”.
Agencias