Ma. Teresa Medina
20/01/17
Espejos de los zombis
Tamaulipas y casi todo México están atribulados por los altos índices de violencia de los que ningún país del mundo está a salvo.
Un fenómeno que la sociedad enfrenta en las calles, en los centros de trabajo, en los hogares, en las escuelas, y en cuya diabólica influencia están presentes las redes sociales.
La tragedia ocurrida el miércoles en el Colegio Americano del Noreste, que ya dio la vuelta al mundo, es una atrocidad que devora las mentes de niños y adolescentes, convertidos en zombis asesinos.
El informe 2015 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que cada año más de 1.4 millones de personas son víctimas de homicidios dolosos, utilizándose generalmente armas de fuego.
Estos datos señalan que “por cada persona que muere, muchas más quedan con lesiones y diversos problemas de salud física y mental”.
Agrega este informe que “la violencia supone una enorme carga para las economías nacionales, con un costo de miles de millones de dólares anuales en atención sanitaria”, urgiendo a los gobiernos reforzar estrategias de prevención y vigilancia científicamente sólidas.
Lo sucedido antier en Monterrey, donde un muchacho de 15 años de edad disparó con un arma de fuego a su maestra y a varios de sus compañeros, privándose él mismo de la vida, es sintomático de la deteriorada salud mental que impera en amplios sectores de la población.
Ya no sólo es la violencia suscitada en las calles por bandas criminales, sino la amenaza producida por graves trastornos psicológicos que llevan a los jóvenes a causar daños mortales a los demás, generando terror en el entorno social.
Y aunque, de acuerdo con los expertos, la tendencia de los sujetos que se comportan de manera violenta no tiene un factor claramente determinado, tampoco hay duda de que son provocados por un entramado donde intervienen situaciones biológicas, culturales, económicas y políticas.
Sin embargo, inciden en estos dramas las circunstancias familiares que evidencian el descuido, realmente criminal, de los padres distanciados de sus hijos por una comunicación inexistente y, por lo tanto, una ausencia total de estructuras morales que llevan a “pensar” a este tipo de muchachos a que la violencia es un componente natural de la condición humana.
Las autoridades deben emprender de inmediato, y prioritariamente en las áreas urbanas, un intenso programa de evaluaciones psicológicas destinadas a detectar trastornos mentales, coadyuvando a disminuir los efectos de la violencia juvenil.
No obstante, en proyectos de semejante naturaleza los padres serán, sin pretexto, los primeros responsables de librar una enorme batalla que (cómodamente) no han enfrentado, estrechando la comunicación con sus hijos y, en infinidad de casos, dejar de ser los espejos agresivos que incitan a niños y adolescentes a cometer tragedias de esta magnitud.
VICTORIA SERÁ UNA CIUDAD LIMPIA
Todo indica que hoy viernes el alcalde Óscar Almaraz Smer pondrá en marcha 25 nuevos camiones recolectores de basura, operando bajo un nuevo esquema que sectorizó a la capital del Estado en 64 rutas urbanas, y una más para las comunidades rurales.
De acuerdo con la información proporcionada por Benito García Coronado, director de Limpieza Pública, la ciudad fue dividida en seis zonas de cuyo radio de acción se multiplicarán las referidas 64 rutas, brindando un servicio más eficiente a la ciudadanía en la recolección de desechos.
Almaraz cumplirá en tiempo y forma su palabra empeñada de transformar a Victoria en una ciudad cada vez más limpia, resolviendo un problema que por breve tiempo se dificultó debido a camiones en pésimas condiciones mecánicas recibidos de la anterior administración que imposibilitaban la recolección de 300 toneladas de residuos sólidos que diariamente genera la ciudad.
Destaca el portal conoceturuta.com que informará puntualmente a los victorenses sobre el número de ruta, horarios de recolección y el nombre de los coordinadores, evitando que las personas saquen a las banquetas sus residuos durante los días que no corresponden y se propaguen focos de infección que contaminen y pongan en riesgo la salud de la comunidad.
En suma, el esfuerzo debe ser de todos:
Del ayuntamiento que regularizará la recolección de basura doméstica, y de la sociedad que ayudará (responsablemente) a mantener la ciudad limpia creando conciencia de no esparcir desperdicios en la vía pública y pretender que la autoridad es la única que resuelva un problema que, insisto, es de todos.
¡Feliz fin de semana!