Jorge Alberto Pérez González
15/10/17
HACE 10 AÑOS
Según la visión del Presidente de entonces Vicente Fox, para estas fechas, los gringos nos estarían rogando para que les enviáramos a nuestra gente a ayudarlos en sus labores domésticas, como podemos ver, no cambió mucho su percepción en 6 años de gobierno, pues al principio de su mandato, la mejor alternativa para un guanajuatense era la de convertirse en jardinero de “Yardas”.
De acuerdo con sus estudios basados en sueños de grandeza, la prosperidad volvería al país en un lapso de 10 años, que comenzaban justo cuando éel dejó de gobernar la nación.
Como pitonisa auténtica, anunciaba la llegada de la bonanza que nos permitirá vivir decentemente, sin la urgente necesidad de tener que viajar al extranjero, pues aquí, tendríamos todas las ventajas del primer mundo, (sus augurios recordaban a aquel que ladraba y administraba la abundancia al mismo tiempo).
Sus asesores, si es que los tenía, le deben de haber indicado en ese entonces, mediante tarjetas informativas, todos los beneficios que traería al país, su ausencia como Presidente de México.
Seguramente ellos, midieron la fuerza ciudadana que se habría de volcar para alcanzar ese sueño, porque en las altas esferas del poder, también se vale soñar, con la salvedad de que los sueños de arriba son más ambiciosos que los sueños de abajo.
Abajo, en la periferia o en la orillita, sólo se sueña con tener qué comer el día siguiente, la migración la provoca el hambre y no la ilusión de tripular un auto, el sueño americano lo adquieren allá, al escuchar a sus paisanos hablar inglés.
Hoy, Vicente y Marta desde el rancho, están atentos al desarrollo de toda la nación y declaran después de salir de misa, todos los beneficios que ellos, mancomunadamente dejaron de herencia al país.
Al igual que los nietos de Santana, la descendencia de los Fox piensa que los gringos se robaron todo lo pavimentado.
Sus esfuerzos no fueron en vano, hoy seguramente presume que Oaxaca tienen ocho moles, aunque habrá que decirle con calma que éstos no son como los que tanto atraen a los mexicanos para cruzar la línea divisoria y hacer compras, sino de los que se le agrega al pollo, para sazonarlo.
Alguien tendrá que enterarlo, de que la globalización que tanto promovió no fue para favorecer la competencia comercial sino más bien para eliminarla, aunque va a ser difícil que lo comprenda, cuando él todavía piensa, -perdón- intuye, que logró acabar con la pobreza.
La visión foxista brindó, la oportunidad de soñar con un México realmente progresista, aunque no se hayan construido los cimientos necesarios para soportar tan grande empresa, pero, no debemos de olvidar que ese, su último año fue político, y que las promesas se valían, pues era la única manera de convencer a los incautos.
En su visión exagerada, tipo la película “El día después de Mañana”, los vecinos yanquis se volcarían para cruzar el Río Bravo para invadirnos, por no poder soportar la falta de asistencia doméstica, mientras la realidad nos dice que ahora los nuestros que allá viven, tal vez pronto ni siquiera tengan qué comer pasado mañana.
A todos nos queda claro que Fox veía mucho cine y bastante televisión, aunque en verdad nunca pensó que un émulo suyo pudiera llegar a dirigir los destinos de la nación más poderosa del orbe.
Hoy desde su programa de televisión semanal “FoxPopuli”, nos podemos dar cuenta de que nuestros impuestos siguen trabajando, pues para ello se edificó su Centro de Investigación.
Su perspectiva le permitió heredar el poder a su partido, aunque tuvo que negociar la entrega para 6 años después, con el consabido arreglo previo de la devolución antes de que fenezca el país.
Por el depositario del arreglo, hoy sabemos que ha muerto la gallina de los huevos de oro, que los pozos se secaron y que ya no tenemos futuro halagüeño, la declaración tal vez sea parte del mismo compromiso adquirido, con la diferencia simple, de que “el peligro para México”, fueron los acuerdos por debajo la mesa y a espaldas de todos.
Curiosamente cuando sacan del gabinete a la sobrina, aparece el socio de cualidades tipo Trump como alternativa viable, si esto es en serio, ya nadie tendrá que preguntarse: ¿Quién manda en México?
Lo único real de todo esto, es que yo tenía 50 de edad y ya no me chupaba el dedo, HACE 10 AÑOS.