Inmigrantes que cruzan la frontera sufren de severo daño psicológico

Agencias/ 26/02/15.- Diariamente inmigrantes llegan a este país arriesgando todo por el «sueño americano», es una travesía peligrosa a la que muchos exponen la vida, pero ¿cuál es el precio psicológico que pagan por hacerlo?

Testimonio
“Yo vengo de Monterrey allí nos cruzan el río y caminamos”, explica José, indocumentado. Para respetar la identidad de este hombre quien es indocumentado lo llamaremos José. Aunque hace seis años llegó a este país con su esposa y dos hijos, la nostalgia de no poder ver el resto de su familia se refleja en su rostro cabizbajo. “Cuando hablamos por teléfono y nos dicen que vayamos que los únicos que faltamos somos nosotros”, dice José. Al fallecer su padre, José se arriesgó a ir de regreso a México sin tener certeza de que volvería a estar con su familia a este lado. “Cuando murió me cruce y la primera vez me agarraron pero ya la segunda sí pasé,” agrega José. José dice que aunque se refugia en su fe la tristeza es constante, y es que de acuerdo a esta especialista muchos inmigrantes experimentan secuelas psicológicas que comienzan con varios síntomas. “Tristeza por más de dos semanas, llanto y perder la esperanza y subir o bajar mucho de peso”, agrega José. Rebecca Stocker recomienda que las personas que experimenten esto deben acudir a algún tipo de consejería, así sea consejerías regulares o espirituales de acuerdo a la fe que practican. En el Valle del Río Grande existe un centro de salud sin fines de lucro llamado Hope Family Health el cual ofrece servicios de consejería sin costo alguno especialmente a aquellos indocumentados que han pasado por condiciones adversas.

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