15/08/16.-Si alguna vez has tenido un trabajo, seguramente no quisiste a tu jefe; quieren demasiado, piden cosas irreales y simplemente no te entienden. Y si tú eres esa jefa, entonces sabrás que el 50% de tus empleados han renunciado por tu culpa.
¿Y por qué preocuparse?
Si tienes un jefe espantoso, seguramente nunca podrás llevarte bien con él, sin importar lo que hagas. Y aún así, necesitas convivir con él y, en algún punto, ganarte una carta de recomendación. Así que, sin importar qué tan perdido creas que sea tu caso, te aseguramos que al menos podrás lidiar con un jefe de pesadilla.
Adáptate
Checa el estilo de conducta de tu jefe, preferencias y gustitos raros. ¿Toma decisiones rápidamente? ¿se toma su tiempo para pensar las cosas y procesarlas? ¿prefiere mandar correos que llamadas? Entre más copies su estilo para comunicarse, más te entenderá. Si trabajas bajo sus preferencias, aprenderás muchísimo de su comportamiento.
No te acobardes
Si tu jefe grita, critica o juzga ¡sé firme! Si verdaderamente estás haciendo lo mejor que puedes, mantén tu frente en alto y no le des la satisfacción de verte temerosa. Mejor pregunta, busca entenderlo y trabaja para solucionar el problema. Tomará muchísima práctica, pero con el tiempo, él entenderá tu postura.
Habla
“Al que no habla, Dios no lo oye”. No te guardes tus problemas y preocupaciones, háblalas con tu jefe y exprésale tu disgusto. Será más fácil no decir nada y sufrir en silencio, pero le debes a ti (y a tu jefe) la oportunidad de responder. No asumas nada en esta vida; si te acercas a él con respeto y genuino interés, abrirás una nueva puerta de confianza. No dejes que esa puerta permanezca cerrada de manera permanente.
Es humano
Las relaciones se basan en confianza, así que es triste saber que tu jefe no confía en ti. Recuerda, tu jefe no puede leer tu mente, solamente sabrá lo que haces si se lo permites y, al final del día, es humano. Al igual que tú, tu jefe tiene un jefe, tiene responsabilidades, es el líder de tu bote y obviamente vivirá bajo mucha presión y estrés. Por más pesado que sea tu trabajo, te recomendamos darle los menos problemas posibles; así sabrá que puede contar contigo para ofrecer soluciones, en lugar de quejas.
Comunicación
Todo llega a lo mismo: a hablar como adultos. Hay una línea muy delgada entre jefe y empleado y tienes que asegurarte de no cruzarla nunca. En cambio, ¿por qué no puedes platicar con él como si fuera un ser humano como tú? No le envíes solicitud de amistad en Facebook ni lo invites al bar de la esquina, pero sería posible hacer conversación de temas personales como la familia y su cumpleaños. No tienes que amarlo, pero ciertamente no tienes que detestarlo.