15/06/2016 – Han pasado apenas 21 días de que entró en vigor la veda de camarón y aún restan 24 más para que los pescadores de la región puedan salir nuevamente a la captura del marisco, pero las afectaciones económicas ya son severas para los cooperativistas; mientras tanto las flotas camaroneras están recibiendo en mar abierto todo el producto que se deja de pescar en la Laguna Madre y que se comercializa en otras regiones del país y en otros países, donde se vende como el mejor camarón de México.
Enrique Lozano, presidente del Comité de Vigilancia de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Norte de Tamaulipas, indicó que se ha respetado al pie de la letra la restricción impuesta por las autoridades, de tal manera que no se han aplicado sanciones.
La veda
Sin embargo consideró que la veda de camarón es una práctica abusiva que pone en predicamento a los cooperativistas y beneficia a las flotas camaroneras del Golfo de México.
Consideró que las vedas deberían ser analizadas a fondo para determinar cuáles son las fechas y ciclos de reproducción del camarón, para que se aplique dicha restricción en el momento justo, y no cuando el camarón está en su mejor momento para hacer capturas y que sean las flotas camaroneras las que se lleven el mejor producto para comercializarlo en otras regiones del mundo.
Explicó que antes y después de la veda el camarón representa casi el 50 por ciento de toda la captura que se hace, pero representa casi el 60 por ciento de ganancias económicas para los pescadores debido a que siempre tiene buen precio en las recibas.
Balance
“No hemos hecho un balance exacto de las pérdidas, pero se deja de ganar más de la mitad de los recursos asegurados cuando no hay veda y eso representa millones de pesos para las cooperativas”, externó.
Por su parte, José Luis Félix Tapia, representante del pequeño comercio, externó que hace 5 años ya se había abordado el tema de la construcción de un mercado de mariscos en Matamoros, pero en su momento se observaba que las autoridades federales imponían demasiadas restricciones a las actividades pesqueras de la región; esto sumado a la voracidad de los grandes acaparadores de pescados y mariscos, harían imposible que el producto fresco de la región llegara la mesa de las familias matamorenses.
Enrique Chávez