Jorge Alberto Pérez González
13/03/2016
Todavía no abren los ojos
El tiempo pasa inexorablemente, la desesperación ha desaparecido en todo Tamaulipas, pues parece ser que ya, ahora sí, sabremos quienes serán los candidatos a los diferentes puestos de elección.
El PRI ya agotó todo su arsenal, salvo algunas suplencias que no se han dado a conocer pero que están asignadas desde antes de que hubiera titular.
Los independientes siguen en la zozobra, pues les «faltan» requisitos que llenar, el sistema ese de copias fotostáticas ilegibles no fue muy bien apreciado por el IETAM y ahora se entiende el show ese que montó el Bronco-Pony en las afueras del instituto.
Falta el escándalo bueno que se va a armar si legalmente le impiden el registro al émulo de Nuevo León. (Emular significa imitar las acciones de otro procurando igualarlas), hago la aclaración pues un día que puse la palabra «errata» un político de altos vuelos me llamó por teléfono para reclamarme.
Después de que le expliqué que no era un epíteto, me pasé media hora explicándole el significado de la palabra epíteto.
Pero ya me salí del tema, volvamos al fondo de los destapes anunciados y los que faltan de notificar, en el CEN del PAN al parecer ya tomaron la decisión de darlos a conocer hasta el último minuto, es decir en los días santos y de guardar, decisión inteligente que pretende evitar religiosamente las mentadas de progenitora que sin duda se llevarán.
Ayer en Ciudad Victoria platiqué con Carlos «Chito» García y me confirmó respetuosamente que no va por la alcaldía de Matamoros, tampoco por una diputación de mayoría, sino que va por la segura, es decir un escaño plurinominal, se le veía tranquilo, no profirió exabruptos, pero si le salía lumbre por los ojos.
Algunos tardan en darse cuenta que los acuerdos políticos son para romperse, que las leyes son para violarse y que en este arte los amigos son de mentiras y los enemigos son de verdad.
Ya no se puede alegar el «Ya me toca», pues no alcanzan los puestos de elección popular para todos los que quieren, ni para todos los que lo merecen.
Por uno y otro lado surgen los inconformes y los enojados, la inconformidad se convertirá en desprecio, pero el enojo desaparecerá por arte de magia cuando les pongan la zanahoria enfrente, símil de esa que amarrada cuelga a la vista del burro, cuando el asno con «tapojeras» debe caminar hacia el frente tal y como se lo ordene el chofer del carretón que recoge la basura.
Por otro lado, un espectáculo inusitado en los registros, ha sido el ver ondeando las banderitas y aplaudiendo con fervor, a aquellos que hasta hace algunos días eran críticos acérrimos de las siglas en las redes sociales. La congruencia se pierde, cuando el amigo es el favorecido por los dioses del Olimpo. A partir de ya, moderarán su lenguaje y evitarán los «likes», aunque difícilmente podrán borrar el historial completo de su Facebook.
A fin de cuentas, el voto es secreto y ante tanta inconformidad y falta de congruencia no dude usted, amable lector, que el voto sea diferenciado, no pongo cruzado, porque así se vota, pero resultará muy interesante para los analistas, ver como se mueve el espectro de la voluntad popular, ahora que vivimos la política en los tiempos de las redes sociales.
Y si en Tamaulipas hierve, imagínense ustedes hasta donde van a llegar las cosas en los Estados Unidos de América, después de muchas ofensas por fin hubo una manifestación en contra de Donald Trump, no es que los migrantes sean lentos en responder, sino que más bien nadie lo tomaba en serio al inicio, de hecho las menciones eran con el fin de ridiculizarlo, pero esa estrategia no funcionó, su popularidad siguió creciendo y la fuerza demostrada en las elecciones primarias, que vienen a ser como las internas de acá, pero allá si con opciones reales, provocaron un levantamiento serio de conciencia en Chicago, animados sus opositores con la preocupación de Obama por la herencia del «Botón Rojo».
Sería interesante ver un debate entre López Obrador, Trump y Cabeza de Vaca, para saber de cual cabeza salen más incoherencias, más ideas absurdas y más sueños utópicos.
Pero mientras esto sucede en el mundo, aquí en el jardín de la casa La Serenna, delicada perra labrador, sigue en su proceso de alimentar a sus cachorros y aunque usted no me lo crea, ellos, los mamones, (porque a eso se dedican), TODAVÍA NO ABREN LOS OJOS.