22/02/2016 – Con el inicio de las Fiestas Mexicanas, periodo en el que autoridades de Brownsville aseguran tener importantes lazos de hermandad con las personas de Matamoros, es fundamental que, autoridades de gobierno de ambos lados del río Bravo reflexionen sobre las problemáticas actuales y el presente que viven las personas que forman parte del dinamismo en este extremo de la frontera más transitada del mundo.
El historiador y profesor Andrés Cuéllar, destacó que, “la hermandad” entre ambas ciudades es una simulación o actuación, una mera pantomima de las autoridades de aquella ciudad y ésta, y la “amistad” sólo pareciera manifestarse en cada “saludo binacional” y en cada desfile binacional, los cuales ya representan una costumbre diplomática de rigurosa hipocresía.
“En primer lugar, si estamos sentenciados a vivir juntos hay que buscar la forma de entendernos porque una de las peores calamidades que le puede suceder a una persona es vivir peleado con un vecino, entonces, hay que buscar la forma de cómo nos entendemos mejor; lamentablemente nos ha tocado las ventajas y desventajas de vivir en el más rico del mundo uno de los países pobres”, dijo el profesor.
Andrés Cuéllar, destacó que, “por diferentes razones nuestros políticos a pesar de sus muchas promesas no han hecho que nuestro país prospere, pero no sólo eso, quienes nos gobiernan se van a vivir allá -en Estados Unidos- sacan su capital, entonces nos hablan mucho de México, pero demuestran lo contrario”.
Disparidad económica
Consideró que, “lo primero que quisiéramos, o al menos yo, de un político, es que viviera con nosotros en Matamoros, para que viera las necesidades que sufrimos y lo que nos gustaría lo que en Matamoros se hiciera; eso es nada más por lo que se refiere a lo que llaman la asimetría económica; pero luego tenemos que Brownsville es una de las ciudades más mexicanas que hay en Estados Unidos, en donde han llegado a la conclusión que si no saben español es difícil sobrevivir, en cambio aquí, en Matamoros es raro el que habla inglés”.
Lamentó que, esa mexicanidad no se refleja en acciones que nos benefician, “lo que más pediría a los Estados Unidos es algo más que simplísimo: que compre lo que producimos, y cuidando de que la calidad no disminuya, en eso estamos perfectamente de acuerdo, pero que simplemente con que facilitara las compras de lo que aquí producimos eso traería la felicidad de millones de mexicanos”.
Además, -dijo- que las ganancias que ellos tuvieran invertirlas en México, ya que ganan más aquí que en otra parte; por ejemplo, muchas personas, casi todas las personas de origen humilde se van a Estados Unidos porque encuentran trabajo que no hay aquí, ni modo de decirles que no, pero lo curioso es que los ricos se van y siguen sacando el dinero de aquí, entonces sólo se van para allá para demostrar que tienen un estatus superior al infeliciaje que se queda en México, para sentirse superiores, que ganan mejor, que están mejor allá”.
Soberbia y egoísmo
“Y sabemos que las esposas de los políticos o los propios políticos, o los propios empresarios, si tú te fijas, en los lugares públicos, bibliotecas, universidades las donaciones de la gente de Matamoros son bastante considerables, hacen por Brownsville lo que o están dispuestos a hacer por Matamoros; encontrarse a una persona como don Filemón Garza, que nos dio una sala María del Pilar o que hizo el Instituto de Parálisis Cerebral Infantil no ha habido otro; entonces, todos dicen querer a Matamoros, pero a la hora de probarlo, aparecen los asegunes”.
En Brownsville no lo entienden
“Por ejemplo, en McAllen de alguna manera, ellos entienden que si le va mejor a Reynosa le va mejor a McAllen, pero en Brownsville parecen no haber entendido eso”, subrayó el historiador Andrés Cuéllar.
Destacó que, “otros de los problemas que tenemos muy serios, es que los policías de aquel y de este lado justifican su ineficiencia con el argumento de que el delincuente se cruza para el otro lado, y así ya no se puede hacer nada, aunque estamos peor aquí, siempre hemos estado peor en ese aspecto”.
“Entonces hay muchas cosas en que podemos mejorar, pero nada tan importante como en eso; ahora bien, en la parte nuestra, nada podrá funcionar jamás si no se controlan dos problemas, que son: inseguridad y corrupción; lo que queremos que haya una seguridad aceptable para que podamos salir y que no nos den ganas de irnos, están llenos todos los periódicos de los problemas que tiene la gente común y que tal parece que a nadie les interesa”.
El encargado del módulo de atención a migrantes de la Diócesis de Matamoros en la central de autobuses, Rubén Hernández Guzmán, comentó que, en lo que respecta a migración, cada día tienen múltiples casos de omisiones y algún tipo de maltrato hacia los migrantes documentados por parte de las autoridades de Estados Unidos, lo cual se agrava por la falta de atención y ayuda suficiente a los mexicanos desde los consulados de México en Estados Unidos.
Destacó que todos los días reciben a personas que fueron deportadas y quienes denuncias que fueron sometidos a rigurosos métodos de control en donde consideran agraviados sus derechos fundamentales.
Abelardo López Guajardo