18/02/16.-¿Ya pasaron meses de que iniciaron clases y tú todavía no te atreves a conocer a todos los chicos de tu salón? Si éste es tu caso, sin duda eres una chica tímida, a la que le da miedo abrirse ante los demás. Lo bueno es que no todo está perdido, aquí te decimos cómo vencer la timidez y lanzarte a la conquista de nuevos amigos.
1. Empieza poco a poco
Es muy difícil pasar de ser una chica callada a ser el alma de la fiesta. Así que te aconsejamos que empieces poco a poco a vencer tus miedos. Por ejemplo, comienza por sonreírle la gente, esto te ayudará a comprobar que la mayoría de las veces las personas responden de buen modo, y te dará la confianza para poco a poco aventarte a hacer más cosas, como decir un hola o incluso atreverte a participar en clases.
2. Que un simple rechazo no te detenga
Acepta una cosa: no toda la gente va a responder de buena manera a tu saludo, pero esto de ninguna manera esto tiene que significar el fin del mundo. Que te topes con una persona mala leche no debe quitarte los ánimos de ser más social. Tómalo como una experiencia y nada más, no le des más importancia de la que merece.
3. Empieza diciendo cosas positivas
Si tú quieres integrarte a un grupo de amigos, la manera más fácil de caer bien es diciendo algo que te gusta de ellos, Por ejemplo, puedes preguntarle a uno dónde compró esos zapatos tan padres. Ojo: cuando lo hagas, busca que las cosas que halagues sean honestas, es decir, si a ti no te late cómo se viste, no le digas que su look está padrísimo, porque la gente detecta cuando la otra persona es falsa.
4. Intégrate a ellos
Se ha comprobado que las personas que se visten de forma similar inmediatamente generan una empatía. Incluso a la hora de seleccionar al personal, se ha demostrado que los jefes eligen a aquellos que visten de forma parecida. Así que si quieres agradar a alguna persona o un grupo, trata de tener un estilo similar.
5. Imagina un escenario que te relaje
Para evitar que los nervios te ganen, cada vez que hables con una persona, piensa que estás en un escenario cómodo para ti. Así, en vez de verlos como entes todopoderosos a los que debes impresionar, puedes visualizarlos como si fueran tus primos con los que estás en la sala de tu casa. Este ejercicio hará que te relajes y la comunicación sea más sencilla.