Son propensos a convertirse en “ninis”

30/01/16.-No tuvieron orientación vocacional adecuada y no saben qué estudiar.

Los rechazados de las instituciones educativas y que, por decepción, abandonan el estudio.
Los que al estudiar una carrera la dejan por cualquier motivo.
Los que teniendo padres con un excelente nivel económico piensan que tienen el futuro asegurado, y que no necesitan trabajar o estudiar.
Los egresados universitarios que al no encontrar empleo pronto se resignan a no trabajar ni a seguir estudiando.
Las mujeres cuya educación y metas han sido limitadas a “esperar casarse”.
La vacuna

Es gratuita, se llama MOTEX (MOTIVACIÓN y EXIGENCIA) y se administra diariamente en grandes dosis desde el nacimiento hasta la adultez. Comienza a administrarla en tu hogar bajo las siguientes prescripciones:

No te hacen un favor al ir a la escuela

Su recompensa es su satisfacción personal por cumplir, las palabras de aliento, las cartas que les escribes con el corazón, tu trabajo a su lado para hacer las tareas, pero nunca regalos caros o materiales. Cada vez son más los padres que obsequian a sus hijos dispositivos electrónicos sofisticados, costosos y complejos, que no tienen la capacidad de valorar; y si a un pequeño le prometes una tableta para que haga las tareas, ¿con qué lo vas a sobornar para que termine la preparatoria?

Háblales de una carrera

A tus hijos, desde pequeños, incúlcales un ideal de vida, un sueño, una ilusión; háblales de una carrera, de un trabajo, de cómo ellos bendecirán la vida de otros con su esfuerzo y trabajo; inspíralos con las historias de los abuelos y sus grandes esfuerzos; anímalos a lograr pequeñas metas y enséñales a reconocer eso que sienten cuando consiguen las cosas por sí mismos.

Los jóvenes deben de anhelar trabajar y ganar “su dinero”

Incentívalos a trabajar, a ser buenos empleados, a ser puntuales. Muchos jóvenes no saben ni siquiera llenar una solicitud de empleo, o presentarse ante un nuevo trabajo, vestir de manera apropiada, ser puntuales y responsables, ser acomedidos o hablar de forma correcta al solicitar empleo, de ahí que no los contraten; esas son habilidades que se enseñan en casa.

Establecer expectativas altas

Cuando nuestras hijas iniciaron la educación preparatoria anunciamos las nuevas reglas para esa y las siguientes etapas de vida que vendrían: entre otras, quedamos claros que al terminar la escuela, ellas tendrían que encontrar trabajo y matricularse en alguna universidad o carrera técnica; que no se les pagarían estudios superiores y, de no esforzarse, no habría lugar para ellas en casa.

Agencias/El Bravo

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