9/01/2015 – CIUDAD DE MÉXICO – Vuelve América con ganas de revancha y con la obligación extendida y asimilada por todos los departamentos, que en el año del Centenario se deben celebrar títulos de cualquier manera. La institución ha hecho borrón y cuenta nueva a lo que ocurrió el año pasado.
Bien dice el presidente deportivo, Ricardo Peláez, que esté quien esté en cada área, los objetivos no cambian, pero le toca a él, a este cuerpo técnico y a esta plantilla, ser los encargados de buscar el éxito en el festejo de los cien años, un acontecimiento histórico para un club que se ha asumido como ‘el más grande’ del futbol mexicano.
Para validar esa etiqueta no hay más que celebrar campeonatos, así lo entiende Ignacio Ambriz, el entrenador americanista que se mantuvo en su cargo pese a que en su primer torneo no logró títulos, y aunque sus números no fueron negativos, la eliminación del Mundial de Clubes ante el Guangzhou de China y la indisciplina que privó en el equipo, lo pusieron en el punto de mira. Salvó el puesto por la fe ciega que tiene en él la presidencia.
Así que Nacho salió a la sala de prensa y asumió que no tiene de otra más que entregar trofeos. “Me comprometo a ganar títulos” soltó el timonel en su primer comparecencia de este año. Una declaración de intenciones que esperaba la afición que acabó con el corazón encendido por el ejercicio de orgullo que su equipo ofreció en la semifinal de vuelta contra Pumas. Esa actitud, determinación y gallardía es la que espera ver el fanático azulcrema, un equipo que desde el inicio lo convenza, más en casa, donde el semestre pasado dejó cuentas pendientes.
“Estos refuerzos hacen al equipo más fuerte ofensivamente, vamos a intentar jugar de distintas maneras. Vislumbro un equipo más dinámico, tenemos que ser un equipo más agresivo para sacar resultados más favorables”, comentó Ambriz.
Sale América a demostrar que en su campo peleará por cada partido, para ello la directiva y el cuerpo técnico han reforzado y potencializado el equipo de mediocampo para delante. Las llegadas de William da Silva, Brian Lozano y Jesús Moreno, suponen un salto de calidad en la creación de juego; habrá que ver cómo anda la artillería americanista, porque el curso pasado fue otro aspecto que no terminó de carburar. Se creaban las situaciones, pero no se remataban las mismas.
En su primer partido, América deberá mostrar su capacidad para reinventarse. Las Águilas no podrán contar con Paolo Goltz y Rubens Sambueza (sancionados por la expulsión que sufrieron en la semifinal contra Pumas) ni con Paul Aguilar, quien sufre una distensión en el ligamento colateral medial de la rodilla izquierda, que lo tendrá de baja por espacio de tres a cuatro semanas.
Ambriz cuenta con Ventura Alvarado y Érik Pimentel, dos jugadores de la cantera azulcrema que ya tienen recorrido en el primer equipo, ambos solventarían las bajas de Paul y Goltz. Y para cubrir la del capitán Sambueza, el timonel no tiene mayor problema, pues cuenta con una baraja de opciones.
Se pone en marcha el América del Centenario, un año especial que deberá estar marcado por el éxito. El primer paso hacia la gloria se tiene que dar hoy, en el Azteca y contra Puebla.
Agencias