SANTA CLARA, CALIFORNIA,21/01/15.- En Silicon Valley nunca es demasiado pronto para ser empresario. Así lo demuestra Shubham Banerjee, quien con apenas 13 años de edad inició una compañía para desarrollar máquinas de bajo costo para la impresión en sistema Braille.
E incluso Intel Corp. ya invirtió en su incipiente empresa, Braigo Labs.
Shubham construyó una impresora de Braille con un juego robótico de Lego como proyecto para una feria escolar de ciencia el año pasado. Lo hizo después de preguntar a sus padres cómo leen los ciegos. «Búscalo en Google», le respondieron.
El alumno de octavo grado investigó en internet y se alarmó cuando supo que las impresoras de Braille costaban por lo menos 2.000 dólares, un costo excesivo para muchos no videntes, en especial en los países en desarrollo.
«Supuse que el precio no debía ser ese. Sé que habría un modo más sencillo de hacerlo», afirmó Shubham, quien demostró cómo funciona su impresora en la mesa de la cocina donde pasó muchas noches construyéndolo con un juego Lego Mindstorms EV3.
El jovencito desea desarrollar una impresora Braille que cueste unos 350 dólares y sea liviana comparada con los modelos actuales que pueden pesar más de 9 kilogramos (20 libras). La máquina se usaría para imprimir material de lectura Braille en papel, utilizando puntos en relieve en vez de tinta, desde una computadora personal o artefacto electrónico.
«Mi objetivo final será probablemente que la mayoría de los ciegos usen mi impresora Braille», dijo Shubham, que vive en el suburbio californiano de Santa Clara, muy cerca de la sede central de Intel.
Después que la impresora «Braigo» —nombre que combina Braille y Lego— ganó numerosos premios y un apoyo entusiasta de la comunidad de personas de visión disminuida, el muchacho lanzó su empresa con una inversión inicial de su padre por 35.000 dólares.
«Nosotros como padres empezamos a involucrarnos más, considerando que él está logrando algo y que este proceso debe continuar», afirmó su padre Niloy Banerjee, un ingeniero que trabaja para Intel.
Los ejecutivos de Intel se impresionaron tanto con la impresora que en noviembre invirtieron una suma no revelada en la firma del muchachito. Directivos de la empresa creen que es la persona de menor edad que recibe una inversión a cambio de una participación en su compañía.