2/12/15.-Provenientes del Viejo Mundo, pero con un arraigo mexicano, los buñuelos y los churros son las dulces delicias más esperadas en esta temporada, pues además de que se les ubica en ferias, también engalanan las celebraciones decembrinas.
Datos históricos indican que los buñuelos son una preparación de origen árabe llevada de Europa por los cruzados, señala Ricardo Muñoz Zurita en su «Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana».
«Las antiguas recetas que llegaron a México hace siglos no son las mismas de hoy», indica el texto. «Antiguamente era común que los buñuelos se extendieran con la ayuda de la rodilla cubierta con un trapo húmedo».
Otro tipo de buñuelo de gran tradición es el de molde, que se elabora con instrumentos en formas de estrellas, flores, campanas o ángeles.
A diferencia del buñuelo, el churro es una fritura de origen español.
En México, los churros se degustan como antojo a cualquier hora del día o acompañados con chocolate.
Sin embargo, también pueden hacerse con rellenos de cajeta, leche condensada o crema pastelera.
Ingrid Rodríguez, chef instructora del Centro de Estudios Culinarios Roccatti, señala que a ambas preparaciones se les puede añadir el clásico toque de azúcar, o bien optar por una mezcla de especias y azúcar.
«Tradicionalmente llevan azúcar, pero se puede jugar con canela, nuez moscada, anís o clavo, todo en polvo, pero en porciones muy pequeñas», dice.
Muchos suelen, además, bañar los buñuelos con hilos de cajeta o miel de maple.
Y para acompañarlos, la tradición popular dicta degustar los churros y los buñuelos con bebidas calientes y densas, como el champurrado y los atoles o chocolates calientes.
Recetas proporcionadas y elaboradas por Ingrid Rodríguez, chef instructora del Centro de Estudios Culinarios Roccatti.
Agencia Reforma