Ma. Teresa Medina
26/10/15
Ansiosos de caer para arriba
Aparejado al 2016 tamaulipeco, el movimiento de los aspirantes a las alcaldías se encuentra en plena efervescencia y bajo la fiscalizadora lupa de la sociedad.
Para no enredarnos con números, basta decir que son muchos quienes cabildean en las altas esferas por una austera presidencia municipal o de perdido una modesta curul local, comparadas (claro) con la gubernatura y las élites que la pretenden.
Sólo para abrir el tema, la salida de Carlos Montiel Saeb de la dirección estatal del ITAVU, relevado por Daniel Sampayo Sánchez, suscitó rumores y versiones de que buscaría contender por el ayuntamiento en poder de Carlos Canturosas Villarreal.
Esa pretensión, de querer caer para arriba, alcanza en Victoria a otros personajes que igual sustituirían ansiosos el próximo año al abogado Alejandro Etienne Llano.
Se habla de la diputada y dirigente del SUTSPET, Blanca Valles Rodríguez, de Ricardo Rodríguez Martínez, también legislador local, de su colega Heriberto Ruiz Tijerina, y de Óscar Almaraz Smer, secretario de Organización del PRI estatal.
No obstante en la capital suena fuerte Pepe Cárdenas Castillejos, diputado federal suplente por el V distrito, ex presidente del PRI municipal, ex regidor y líder del Movimiento Estatal PRI.mx, cuya trayectoria política nadie debería soslayar por su juventud.
Bajo ese contexto, una de las más sentidas demandas ciudadanas hacia el aparato de poder de los partidos políticos es precisamente fortalecer la credibilidad de sus candidatos con gente nueva que profundice el cambio.
Una inercia egoísta que no sólo el PRI, PAN, PRD y el resto de los partidos vienen arrastrando de toda la vida, privilegiando además de los intereses personales las ideologías partidistas, y no los valores patrióticos e institucionales.
Y así, entre esas posibilidades e imposibilidades, también nos llegan reportes de que en diversos municipios se da por hecho el retorno del cascajo político que lejos de ayudar, vendría a echar a perder el alivio moral que tanto trabajo ha costado reconstruir.
Y es que si en lo razonablemente bueno uno tiene obligación de irse con mucho cuidado, imagínese usted, por ejemplo, la sandez “paleontológica” que se traen de promover a varios fósiles para convertirlos en nuestros “nuevos” alcaldes y diputados.
¿Les habrán quedado a deber algo?
Según ellos, la prospectiva con la que han analizado a municipios tan importantes como Altamira, Reynosa, Tampico y Matamoros, requiere de sus habilidades y destrezas que en el pasado (por cuestiones de tiempo, aclaran) no pudieron demostrar y que con la reelección van a dejar todo, prometen (¡te lo firmo y te lo cumplo!), rechinando de progreso.
Además vienen resueltos a remediar las desmesuras y todos aquellos desencuentros con el talento y la bondad que sólo ellos poseen, incluyendo el nunca esclarecido horario de verano, el cielo encapotado y los aguaceros que nos trajo la calumniada “Patricia”.
¿SÓLO VIENEN POR EL VOTO?
En fin, dejando en paz tales disonancias, lo urgente, por el bien de todos, es que los partidos políticos y sus jefes formales, desde Rafael González Benavides, César Verástegui Ostos y Alberto Sánchez Neri, entre otros, no disminuyan la política electoral a un tema intrascendente, chicharronero y nocivo para la población.
Ya de por sí las turbulencias que provocan los partidos y el dineral que cuesta mantenerlos, más los costos psicológicos y patológicos, resulta insoportable continuar observando el modo tenebroso en que se conducen y serpentean su activismo, para que nos salgan de nueva cuenta con candidatos que lo único que desean (y por el que aparecen) es el voto y ¿luego qué?, pues el regreso a lo mismo de siempre:
A la nada que burda y cínicamente le dan el nivel de trabajo o de gestión, sinónimos de rotundos fracasos y de pesadillas reflejadas en una crisis que ya trascendió al ámbito internacional, desde donde critican al país o lo que es igual nos vienen a enseñar cómo hacer las cosas o corregirlas, casi llevándonos de la manita como a menores de edad.
Lo peor es que la irresponsabilidad ya se convirtió en una tradición. Mucho ruido y pocas nueces, y así eternamente. Yo espero sinceramente que no estemos muriendo, sino todo lo contrario: que estemos naciendo. Optimismo que ya había perdido el gran Carlos Fuentes.
¡Buenos días y excelente inicio de semana!