*Rezar no es Suficiente
*Influencia Cibernética
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19/12/2018 – Hasta los cardenales, como el muy cuestionado Norberto Rivera Carrera, ya en el retiro, y su sucesor Carlos Aguiar Retes, solicitan la intervención de la Divinidad, en el caso de México el toque milagroso de la Virgen de Guadalupe, para aplacar las iras que salen de la conciencia de Donald “el pato” Trump MacLeod. Así avizoran las cosas hasta quienes interponen un supuesto halo de santidad entre ellos y sus interlocutores. Claro, una cosa es Dios y otros los siervos desbalagados; y dudo que sólo con oraciones, como las que he pedido, sea posible atajar el efecto de un mandato eclipsado por la intervención rusa.
Dijéramos que estamos en una posición paralela a la era de Porfirio Díaz, enterrado en Montparnasse en París, porque sencillamente su juicio histórico es indefendible desde su caída hasta la resurrección de la derecha encanada en los gobiernos de fox y calderón más su agregado bajo la férula de peña. Sin revisión histórica alguna, la derecha en el poder festejó, a lo grande, el “centenario” de la victoria de la Insurgencia –que se dio en 1821- y el inicio de la Revolución –que debe anotarse en 1910-.
Así las cosas, quienes condenaron los efectos de la posrevolución, y los condenan, dejaron su bozal a un lado y se dieron a proclamar heroicidades en donde sólo hubo ambiciones –como en el caso del execrable Iturbide-, y poco les faltó para colocar el apellido Santa Anna con letras de oro en la Cámara de Diputados y hasta agregar el del “Chacal” Huerta. Los antihéroes, cuando regresan, pinta de cuerpo entero a sus adoradores, esto es como si Luzbel recogiera sus alas encendidas por el fuego eterno. ¡Ay, si no hay infierno qué equivocados estamos quienes señalamos a los corruptos sin castigo! Nos pudriremos al lado de quienes vivieron robándonos y gozaron de la vida mientras nosotros la sufríamos. Sólo polvo en amalgama pero diferenciados los restos de unos y otros por la buena o mala existencia, entre la miseria extrema y el bienestar como hijo primigenio de la corrupción.
Para los creyentes siempre habrá una justicia superior, divina, que suplirá a la impunidad, las mafias judiciales y los malos gobiernos protectores de sus cómplices, como los ladrones Duarte –el de Veracruz y el de Chihuahua-, Borge, Yunes, Murat, Moreira… y demás clanes repulsivos. ¿Qué Humberto pretendió ser diputado por Coahuila? Habría que revisar sus antecedentes penales si hubiera la menor lógica política –no los del complaciente gobierno español sino las denuncias que sobre él penden en Estados Unidos-, para entender que si los coahuilenses no se arman de verdad y de honor estarán facilitando la intervención estadounidense de la mano de un febril belicista sentado en la oficina oval… en donde los atributos varoniles surgen del poder de las armas nucleares y no son seña personal.
La Anécdota
Las mayores tribulaciones surgen de la probada intervención de Rusia en el proceso “democrático” de los Estados Unidos. Hay quienes piensan, en el Capitolio, que reconocer el hecho sería anular la fuerza de su “sistema” y sus blindajes. No es así, por supuesto: rectificar siempre será consecuencia de la sabiduría que reconoce errores y no se planta en los lugares comunes como si fuesen paraíso de la intolerancia. En fin, la mayor parte piensa en la fuerza de un modelo corroído hasta lo más profundo, acaso desde 2000 cuando se evidenció el fraude contra Al Gore dando paso al junior del clan Bush.
Al Gore, por cierto, optó por retirarse, ante las evidencias de la suciedad en el conteo de votos en Florida –gobernada por Jeb Bush, hermano del usurpador-, para “no dañar a nuestro sistema”, según alegó, sin percatarse que lo estaba hiriendo de muerte al no defender los sufragios a su favor y a quienes los emitieron. Porque el fraude fue contra el colectivo no sólo para anular al ahora ecologista que sólo observa paja en el ojo ajeno. Mientras, en 2000, el PAN aireaba su éxito sobre los cimientos derruidos de un PRI vencido desde dentro y con un candidato quien se colocó, él mismo, en el abismo; fue Paco Labastida el más grande “tonto útil” de la historia moderna.