18/12/18.- Empezó a los siete años cargando bolsas de cocaína en Chicago y acabó siendo un narcotraficante imprescindible para Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, los líderes del cártel de Sinaloa, a quienes acabó traicionando cuando se entregó a la agencia antidrogas estadunidense.
Pedro Flores narró este martes la historia de su vida y su relación de confianza con Guzmán y Zambada, durante el juicio a El Chapo, que se celebra en la corte federal de Brooklyn.
Flores, el primer ex narcotraficante que testifica en el juicio en inglés, relató cómo se movía la droga del cártel en Estados Unidos, ocultando cocaína en los baños de un restaurante de la cadena Denny’s de Chicago, con cargamentos que llegaban a un almacén en Nueva York y con lo que definió como «bonitas vistas al puente de Brooklyn», además de diversas rutas de distribución a Milwaukee, Minneapolis o Memphis.
Flores traficaba la droga del cártel desde Chicago junto a su hermano gemelo Margarito Flores.
Los hermanos Flores tenían como principal contacto a Vicente Carrillo, El Ingeniero, quien era su intermediario con Guzmán Loera y otros narcotraficantes que trabajaban con él.
En 2004 Pedro huyó a México ante la presión por la persecución de autoridades estadunidenses. Un año después Flores conoció un El Chapo en su rancho de Culiacán y comenzó el contacto directo con él y El Mayo.
El testigo dijo que durante ese primer encuentro él se encontraba muy nervioso y que se había presentado al rancho en pantalones cortes.
Al conocerlo, El Chapo le preguntó si ni con todo el dinero que ganó se había podido comprar unos pantalones completos.
Justo antes de conocer a Guzmán conoció a El Mayo, quien supuestamente le dijo que “cualquier idiota” podía traficar la cocaína en México pero que hacerlo en Estados Unidos al nivel que lo hacían Flores y su hermano requería mucha destreza.
«Imagínese si ustedes fuesen trillizos», supuestamente dijo Zambada a Flores con admiración.
El testigo destacó que desde 2005 a 2008 recibió 38 toneladas de cocaína de Guzmán y El Mayo. Eso supuso unos 800 millones de dólares en efectivo que entregó a ambos mexicanos, dijo.
El Chapo, uno de los narcotraficantes más conocidos que existen, se ha declarado inocente de acumular una fortuna multimillonaria a través del tráfico de toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser declarado culpable se enfrentaría a una posible sentencia de cadena perpetua.
Esta es la sexta semana de juicio, en el que ya hemos testificado más de una docena de personas.
Durante su testimonio del martes, Flores dijo que aproximadamente en 2014 fue secuestrado y tratado con brutalidad durante 16 días por un intermediario suyo llamado Lupe Ledesma y que fue liberado por su hermano después de que se hablaron con El Chapo.
Flores también dijo que más tarde El Chapo ordenó el asesinato de Ledesma, con quien Flores había trabajado en Chicago. Un sicario llamado Pocos pelos realizó el trabajo, dijo Flores.
En 2008, sin embargo, el testigo decidió entregarse a la agencia antidrogas estadunidense. Dijo que su esposa se embarazó ese año y que no quería tener un futuro en el narcotráfico con sus hijos implicados.
Además, en ese momento, Flores estaba asustado: había empezado una guerra interna entre Guzmán y Arturo Beltrán en el cártel y la pelea por el poder afectaba a todos los niveles.
Se espera que el miércoles Flores, de 37 años, prosiga con su testimonio.
Agencias