José Inés Figueroa Vitela
15/07/2018
Las cuentas de los partidos
Personajes de influencia al interior de los partidos políticos tradicionales andan moviéndose en pos del control de las siglas, con todas sus prerrogativas.
A nivel nacional, mucho se ha dicho, al interior del PAN varados grupos apuran la salida de DAMIÁN ZEPEDA, quien llegó a cubrir la ausencia de RICARDO ANAYA, quien hasta deja correr versiones sobre su eventual regreso para buscar la reelección, en este año que concluye el período para el que fue electo.
A nivel estatal KIKO ELIZONDO no tiene los conflictos de aquel, porque en principio entregó buenas cuentas del proceso electoral, en términos generales y además, su periodo de ejercicio concluye hasta el año entrante.
Por los rumbos del PRI también en el plano nacional, en principio, ya le salió el ex gobernador ULISES RUIZ a RENÉ JUÁREZ CISNEROS, apurando por su salida del mando partidista, endosándole las causas de la derrota.
El actual Comité Ejecutivo Nacional tricolor concluye su gestión, que es la iniciada por MANLIO FABIO BELTRONES y continuada por ENRIQUE OCHOA REZA, hasta el año entrante, pero en ausencia de la figura patriarcal anidada en la Presidencia de la República, la gallera se anda desatando.
En el PRI de Tamaulipas, SERGIO GUAJARDO MALDONADO anda en “tiempos extras”, concedidos por la legislación que impide elegir dirigencias en tiempos de elección constitucional.
Considera, primero ha de darse la definición de la dirigencia nacional y hasta después se verá qué pasó con el caso estatal, aunque para los efectos domésticos, también hay grupos y personajes de interés evaluando los alcances denuncia proceso interno.
Ha habido voces señalando al ex alcalde, ex legislador, muchos otros ex´s y actual delegado de la Secretaría de Gobernación en el noreste del país, ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO, como un cuadro a considerar en la reconstrucción estatal del partido.
Muy a su estilo, él no ha dicho sí, ni no, a esa eventualidad, remitido a los tiempos y consensos que puedan darse, con otros liderazgos regionales del partido, no solo sobre quién debe dirigir el partido, sino, además y preponderantemente, sobre lo que ha de hacer cada expresión, en suma a un proyecto claramente definido.
En el PRD la confusión no es de aquí, ni de ahora; desde que el partido es tal, cada que se elige una dirigencia, no falta quien la impugna y en más de una ocasión, han sido las instancias jurisdiccionales las que han cambiado los mandos presuntamente electos, transcurriendo las gestiones siempre bajo la sombra del litigio.
Ahora mismo hay una serie de recursos sobre el comité estatal dirigido, las últimas semanas, interinamente por RAYMUNDO MORA, por prelación, mientras ALBERTO SÁNCHEZ NERI andaba de candidato a regidor en la zona conurbada del sur.
Solo este año se han dado tres fallos distintos en los tribunales, sobre las impugnaciones enderezadas contra la dirigencia, que como en el caso del PRI, está postergada en su renovación por los tiempos electorales constitucionales.
El viejo clan que en su tiempo fue conocido como “Los Pedros”, por largo tiempo ausentes del partido, ronda ya el regreso al dominio de las siglas, en cuyo destino iniciaron trayecto al tenor de la negociación de la coalición con el PAN para la elección recién pasada.
Ahí se han dejado ver ex dirigentes como ELPIDIO TOVAR, JULIO CÉSAR MARTÍNEZ INFANTE y JORGE MARIO SOSA PHOL, recurrentemente vistos por la Secretaría General y en días pasados, acompañando la entrega de constancia de mayoría al ex candidato a la alcaldía victorense.
La corriente que detentó la dirigencia estatal perredista los últimos años en Tamaulipas, alineada con Izquierda Democrática Nacional, migró en campaña a favor de MORENA y su candidato, hoy presidente electo, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Aunque aquí JORGE VALDEZ VARGAS y correligionarios no fueron vistos en los círculos del mando estatal morenista y menos en el activismo proselitista de sus candidatos.
A nivel nacional, está por vencer el periodo de diez meses para el que se eligió a MANUEL GRANADOS, pero acá no les hacen falta conflictos en México para hacer los propios a la hora de definir mandos.
MORENA ya demostró igual lo vertical de su estructura como para moverse más allá de quienes resulten ser sus mandos locales.