Suicidio parte II…
4/07/2018 – Se decidieron por las mañas, por el viejo PRI, por el que representa todos los vicios, el que hartó y fue echado del poder el año pasado por ningunear a su militancia, darle puestos de poder a patrocinadores con dinero de dudosa procedencia, esposas, hermanas, hijas, hijos, hijastros, novios, novias, amantes, compadres, socios, cómplices y además no se conformaron con eso, todavía le hicieron un agregado, el síndrome de la traición que no les va a gustar para nada a quienes creen que compraron candidaturas para la elección de 2018.
Fue, de la militancia tricolor, ponerse la soga al cuello, los que le metieron esfuerzo, unos dicen que también lana, para ir convenciendo y presuntamente comprando votos de delegados para que Sergio Guajardo fuera el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI se van a llevar el chasco de su vida.
Si, es probable que logre su objetivo César García, funcionario de la SCT que pretende su hija, la regidora, sea candidata a diputada federal el próximo año, igual puede ocurrir que Oscar Almaraz, alcalde de Victoria, llegue a ser el candidato a senador de la República o por lo menos diputado federal y el gerente de la Comapa Victoria, Gustavo Rivera, también cumpla su sueño de ser el candidato a presidente municipal en esta capital, es más, hasta pudiera ocurrir que los grupos de Egidio Torre Cantú y Eugenio Hernández se fortalezcan al interior del PRI y fantaseen, uno u otro, ser los candidatos en la primera fórmula al Senado, pero lo extraordinario es que no les caiga el veinte que si llegan a realizar sus deseos no será por Sergio Guajardo sino porque tienen relaciones fuertes en México y más increíble es que no quieran entender que el problema de ellos será cuando pretendan operar con el PRI para ganar dichas elecciones, se van a topar con que la cabra siempre tira al monte, con un partido dividido, entregado, quizá con la mitad de su militancia en Morena disputándoles los puestos y en una posición más cómoda de acuerdo a la tendencia nacional.
La verdad es que debilitaron en exceso al PRI, los que conocen de política sabrán que ser candidato en ese partido será lo mismo que ponerse una pistola .45 en la cabeza, su historial los hará dividirse, verán moros con tranchete, tendrán miedo de traiciones, en resumen, el pasado les ladrará como un perro furioso y los va a sacar de quicio.
Tiene razón, con Luebbert el riesgo era el mismo o peor para el PRI, el reynosense tendría que pasarse la vida defendiéndose de lo que presuntamente carga encima, pero con todo y ello el ahora dirigente del PRI no era la solución, al contrario puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Los priístas del pueblo se desahogan en el Facebook, Twitter y demás redes sociales donde le apuestan doble contra sencillo de que los van a vender en canal, afirman que serán entregados por monedas, que es probable que Guajardo sea como muchos ex dirigentes de los partidos que supuestamente le eran oposición al PRI en sus gobiernos pero no pasaban de paleros, comparsas y les daba por poner candidatos débiles para que “en el juego democrático” el candidato del poder se luciera.
Tiene Guajardo, desde luego, que convencer a todos esos priístas irritados de que no es corrupto, que no se venderá al mejor postor, que jamás fue inhabilitado por ser transa, que obedecerá a las bases y no a quienes le han comprado ese juguetito de la dirigencia, será una labor titánica porque además es probable que estén en plena campaña y todavía le sigan saliendo señalamientos que, aun cuando no sean ciertos, todos van a ser creíbles en una persona con su presunto historial.
Para aquellos que decidieron jugar con Guajardo, y ganaron ahora, bien valdría la pena recordaran el pasaje donde un aspirante a suceder a Tomás Yarrington se veía tumbado y deshecho en un sillón de la recepción de la oficina del presidente del PRI estatal de su partido, apenas balbuceaba diciendo que declinaba sus aspiraciones pero que le habían prometido que era el siguiente, en seis años, jamás le cumplieron, es más, lo dañaron tanto que ya nunca será gobernador de Tamaulipas.
Igual es probable que Guajardo cumpla sus compromisos con sus ahora patrocinadores, más cuando las elecciones que disputen sean muy complicadas e incluso estén perdidas, pero no dude que es más probable que siga beneficiándose él, su familia y unos pocos que todavía le siguen.
Fue, la asamblea de delegados del PRI, un daño irreversible a sus estructuras, saltar al vacío amarrado de un bloque de cemento, hay pruebas claras de la poca capacidad para organizar de su ahora presidente del Comité Directivo Estatal, la muestra más palpable es el sector de Guajardo, el campesino, el año pasado el voto verde casi en su totalidad se fue por los candidatos del PAN precisamente por el trato que recibían, también hay señalamientos en el sentido de que obedece al ex gobernador Egidio quien entregó Tamaulipas, precisamente, entre muchas otras cosas, por no respetar a la militancia del tricolor.
Exacto, la elección de Sergio Guajardo Maldonado fue un suicidio colectivo, hoy están en riesgo el tricolor, incluso, de que se queden sin diputados federales y sin el senador de minoría que presumen en el sombrero de Manuel Cavazos Lerma, obvio, el más alegre de todos en este momento es Héctor Martín Garza González, el dirigente estatal de Morena que ve crecer sus posibilidades de ocupar un escaño en la cámara alta y lograrlo sin despeinarse siquiera, nomás aprovechando los yerros de quienes se presumían firmes en un segundo lugar de las preferencias electorales en Tamaulipas.