Marco A. Vázquez
21/02/18
Los gandallas…
Gustavo Cárdenas Gutiérrez, fue senador de la República, diputado federal, diputado local, alcalde de Victoria todo cuando pertenecía al PAN del que también fue dirigente estatal, actualmente es diputado federal por Movimiento Ciudadano y ya fue dirigente estatal de ese partido al que ha representado un par de veces en las urnas, según él, intentando ser alcalde de Victoria por segunda ocasión y gobernador en la otra.
La verdad es que en más de 25 años que lleva metido en la política Gustavo sólo ha ganado una elección, lo hizo cuando compitió contra Carlos Castro Medina por la presidencia municipal de Victoria, de eso hace 25 años.
De ello fue diputado local por la vía plurinominal, después candidato al Gobierno del Estado representando al PAN pero no hizo otra cosa que simular, iba contra Tomás Yarrington, su amigo, su muy amigo, tan esa así que en ese sexenio le fue mejor en todos sus negocios y, los malquerientes dicen que también en sus cuentas bancarias.
Perdiendo salió ganando Cárdenas Gutiérrez porque por negociaciones de Yarrington, dos años después, fue senador, la elección “la perdió” contra Oscar Luebbert y Laura Alicia Garza Galindo pero llegó a la Cámara Alta como primera minoría sin importarle que dejó en el camino a quien según él era su maestro y amigo, Abelardo Perales Meléndez, quien hoy es representante jurídico del gobierno de Tamaulipas y uno de los hombres que, luego de muchos años, pueden seguir presumiendo decencia y trabajo.
Siendo senador de primera minoría en el gobierno de Yarrington sólo vimos en Gustavo un profundo silencio de cuatro años, hasta que se llegó otra vez la elección y otra vez fue requerido para simular que quería ser gobernador, “competía” contra otro amigo como lo era Eugenio Hernández Flores e hizo lo de siempre, una campaña en la que actuaba como candidato pero con ganas de no ganar y logró su objetivo, dicen que eso le sirvió para otros seis años de gloria ya que sus negocios seguían floreciendo, lo que hay que reconocer también ocurrió por el arduo trabajo de su familia, principalmente un hijo y la esposa.
En ese sexenio de Eugenio Hernández fue cuando Gustavo decidió autoexiliarse aunque otra vez gracias a negociaciones primero fue diputado federal, por la vía plurinominal claro está, aunque inmediatamente pidió licencia y lo hicieron funcionario federal, director de Aserca de donde nadie sabe qué ocurrió pero se dice salió con la cola entre las patas.
Se tomó Gustavo un receso para enfriarse hasta que, otra vez, casualmente apareció para ayudar indirectamente a que ganara el PRI la elección de gobernador, la de Rodolfo Torre Cantú.
Según los dichos del pueblo que nunca se equivoca, resulta que fue Gustavo y su cuñado José Julián Sacramento, junto con otros panistas que afirman que no se doblan ni se venden e incluso cobran en el gobierno estatal como funcionarios, los que le echaron montón al interior del PAN al hoy gobernador Francisco García Cabeza de Vaca a quien bloquearon para que no fuera candidato a gobernador y lo hicieron por todas las vías y utilizando todas sus influencias, se presumió que siempre fueron apoyados desde las oficinas del tercer piso del Gobierno del Estado.
Ya era la deblacle de la vida política de Gustavo, incluso se pensaba que ya estaba jubilado hasta que revivió, otra vez “casualmente”, cuando en el PAN se asomó Arturo Soto, hoy subsecretario de Ingresos del Gobierno estatal, pretendiendo ser alcalde de Victoria, y todo iba a favor del hoy funcionario hasta que Gustavo fue alentado a hacer naufragar ese proyecto, primero se presentó a una contienda interna del PAN a dividir, luego, cuando perdió como estaba previsto, le regalaron una candidatura en uno de los partidos satélites al gobierno, Movimiento Ciudadano, hizo lo suyo, perder como sólo él sabe y actuar hasta que pareciera que le dolió en el alma dicho acto, días después de la derrota apareció como dirigente del MC y al año de ello ya era diputado federal por la vía plurinominal, otra vez había reventado a los enemigos reales siendo candidato de mayoría.
Para desgracia de Gustavo no ganó la gubernatura su amigo Baltazar como lo tenían previsto o lo querían sus allegados y dio la impresión de que su proyecto naufragaba, sus negocios ya no eran tan exitosos, pero se sostenía siendo legislador federal hasta este año que, por fin se va.
No se alegre, Gustavo es un buen negociante de la política, si bien no pudo lograr nada para él porque es el enemigo visible sí permanecerá en lo que es un gran negocio, en el Congreso, resulta que su esposa Mónica, que también jugó de esquirol como candidata a presidenta municipal de Victoria, ahora será la diputada federal, el Partido Movimiento Ciudadano la registrará en uno de los primeros tres lugares de su lista de candidatos por la vía plurinominal.
¿La única historia así?, no, la verdad no, el recuerdo nace porque en la próxima elección reaparecerán nombres de hombres y mujeres con historias parecidas, y para advertirle que en usted está hacer que sobrevivan esos gandallas o por fin se vayan a su casa a descansar y a no seguir atentando contra los presupuestos y la democracia…