Los Juegos del Poder

Maribel Villarreal

29/10/2017

Y si fuera Meade…

Dicen que al día siguiente de arribar al poder, el presidente de la República empieza a perfilar la sucesión. Así, con seis años de anticipación. No se duda entonces que la llegada de José Antonio Meade a la Secretaría de Desarrollo Social haya sido parte del replanteamiento de la estrategia inicial tras el fracasado intento con Luis Videgaray, el hombre más cercano al presidente Enrique Peña Nieto. La elección del 2016, con la disputa de 12 gubernaturas, evidenció la fractura al interior del Gabinete. Puso de manifiesto la lucha de grupos encabezados por los presidenciables. Aunque se mantiene a la cabeza de las preferencias priístas, el secretario de Gobernación no es el aspirante más recomendable. Miguel Ángel Osorio Chong carga a cuestas el tema de la inseguridad no superado sino todo lo contrario. El repudio popular dio una diminuta muestra aquella ocasión en la que el poderoso funcionario apareció en la escena de un colapsado edificio por el sismo del 19-S en la Ciudad de México. Huyó del lugar entre rechiflas y «mentadas». Con la salida de Margarita Zavala del PAN y con el Frente Amplio convertido en un show de cabaret de cuarta, la lucha presidencial del 2018 podría centrarse entre el PRI y Morena. Con José Antonio Meade, el PRI aspira a capitalizar la crisis panista y es que el aún secretario de Hacienda goza de muchos afectos entre connotados personajes del PAN. Es cierto que Meade no es el hombre más popular. Su aparición en las encuestas es limitada pero resulta el «menos peor» considerando el contexto de hartazgo ciudadano contra la corrupción y la ineficiencia. El PRI tendría que respaldar la propuesta con probados liderazgos regionales en las candidaturas al Senado y en los 300 distritos electorales a la diputación federal. La semana anterior, el partido del presidente inició con los cambios internos hacia la sucesión presidencial. Así llegó el senador Ismael Hernández Deras a la CNC. Al ex gobernador de Durango le tocó «bailar con la más fea». El campesino es el sector partidista más olvidado. Padece la indiferencia crónica del PRI-Gobierno. Los beneficios siempre son escasos y tardados. El PRI no le ha retribuido el histórico apoyo. Hernández Deras culminó la gubernatura en el 2010. Es de los pocos ex gobernadores no cuestionados en la incesante corrupción. Un tamaulipeco muy cercano a Ismael Hernández es Adrián Gallardo Landeros quien fungió como su asesor principal en Durango. Es probable que dentro de poco veamos al matamorense con sombrero.

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