Jorge Chávez
21/09/17
Deja vu: 32 años después
El amor se hace más grande y noble en la calamidad. Gabriel García Márquez.
Septiembre 19, 01:14 PM, Ciudad de México, 7.1 grados Ritchter.
Despierto al día siguiente pasmado al ver la dimensión de esta tragedia gestada por la naturaleza; imágenes de destrucción y muerte. Cómo ese frémito o bramido de la naturaleza arrebata la vida de forma tan abrupta a niños, jóvenes y adultos. La bendita rutina deja de ser y todo se transforma en un estrambótico caos.
Cuántas vidas truncadas. Cuántos seres que amanecieron con la fuerza de sus sueños y, sus motivos les brindaron la energía y razón de ser para proyectar un futuro que ya no llegará y simplemente ya no están. Se fueron en un lapso cruel de tiempo provocado por una totalmente impredecible y caprichosa naturaleza que no avisa y con su incontinencia tectónica simplemente llega y todo lo arrebata, lo destruye y lo colapsa, amén de dejar con un profundo insomnio a seres humanos a quienes el momento inesperado de tragedia les produce un abundante fluir de generosidad mutua.
Me quedo contemplando y asimilando desde la «seguridad» y la fragilidad de mi intimidad, mi cuarto, mi cama, mis sueños, mis motivos y concluyo y ratifico que la vida es un suspiro que se nos puede ir en cualquier momento en forma gradual, pausada y lenta pero también en un inminente abrir y cerrar de ojos. Esos docentes y discentes de la escuela Enrique Rébsamen que hasta la 01:13 PM todavía lidiaban gratamente con la formativa y aportativa rutina del “Aprender a aprender”, sin saber que el tiempo avanzaba inexorable en algo que podemos catalogar como misterios profundos de la vida pues estaban donde tenían que estar, construyendo su vida, contemplando en su tiempo solamente los sueños que apuntaban a su futuro, un futuro que a la 01:14 PM dejó de existir. Permítame repetirlo, querido lector, Misterios de la vida. Cuántas madres que mandaron a sus hijos esa mañana a la escuela sin saber que sería su último día de esa bendita rutina de todos los días. La oscuridad de la muerte y sus fauces profundas pusieron punto final a esos tiernos proyectos de vida.
Ahora déjeme ser un poco técnico, amable lector: El sismo, ocurrido a las 13:14:40 horas, fue sentido fuertemente en el centro del país. Hasta las 18:00 hrs. del 19 de septiembre se había registrado 6 réplicas. Es importante saber que la intensidad sísmica se mide con la escala de Ritcher que va del cero al nueve en la que cada número representa una liberación de energía diez veces mayor que el precedente. Un movimiento sísmico es una sacudida brusca y fortuita de la corteza terrestre de corta duración y gran intensidad y sobre todo, no se puede pronosticar. Cabe señalar que los efectos secundarios de los terremotos son más desastrosos que el terremoto mismo, una enorme cantidad de víctimas se ven atrapadas en los incendios que se producen por escapes de gas.
En el terremoto de San Francisco de 1906 las sacudidas destruyeron gran parte de la ciudad pero lo más destructivo fueron los incendios que obligaron a dinamitar manzanas enteras para impedir la destrucción de la ciudad entera.
En definitiva, los terremotos son la consecuencia del reajuste de las placas que conforman la corteza terrestre; se les llama zonas de subducción los puntos donde las placas chocan entre sí y arrojan una gran cantidad de energía, esta enorme cantidad de energía liberada bruscamente nos recuerda que habitamos en un planeta vivo que sigue lentamente una evolución permanente. Las placas tectónicas son capas enormes y pesadas de roca que de forma incomprensible fluyen, es decir se mueven.
Según los conocedores nuestro planeta cuenta con seis placas tectónicas, nosotros aquí en Tamaulipas estamos sobre una de ellas pero las zonas sísmicas están en los puntos geográficos que se localizan cerca de las orillas de estas placas que siempre están en constante movimiento y dichos movimientos son los que ocasionan estos terremotos, sismos, erupciones volcánicas y otro tipo de fenómenos naturales. Para poder entender todo este universo de los sismos debemos incluir en nuestro objeto de estudio a los geólogos y geógrafos.
La superficie de la tierra no nos proporciona las señales de lo que yace debajo. Sin embargo existen algunos lugares donde puede vislumbrarse lo que está sucediendo dentro del planeta. No existe un mejor lugar para ver el movimiento de las placas que conforman la parte externa de nuestro planeta que Islandia y debido a los estudios llevados a cabo en este país podemos concluir que los factores que provocan los movimientos de las placas tectónicas son dos agentes de la naturaleza que podemos catalogar de incontrolables: la presión y la temperatura.
Treinta y dos años después, a pesar de ser impredecible, llegó puntual a su trágica cita. Nosotros como mexicanos seamos más puntuales en la cita con la generosidad. Ayudemos sin recato.
El tiempo hablará.