Locuras Cuerdas

Jorge Chávez

08/08/17

Las 5 etapas de duelo del PRI en Tamaulipas. (II)

En memoria del matemático, filósofo y columnista Marcelino Perello Valls.
Salmones queridos, cardúmenes del mundo entero, naveguen contracorriente. Siempre recuerden que la corriente es la que está equivocada, no nosotros. Marcelino Perello.
La presente columna es secuela de la anterior y tiene que ver precisamente con la importancia del papel de la oposición dentro de una democracia completa; en la dinámica de los hechos el PRI fue derrotado pero en esa complejidad de causas y efectos cobra un importante valor que asuma su papel de opositor inteligente. Nos guste o no, en Tamaulipas no hay hasta ahora un partido de oposición más fuerte que el PRI, aunque no estoy del todo seguro que ellos mismos se asuman como tal. Es importante que se acerquen con sus homólogos partidistas en otros Estados donde ya fueron derrotados e incluso han retornado a ser gobierno como Nuevo León, Chihuahua, San Luis Potosí y algunos otros para saber el “cómo hacerle” desde la trinchera opositora.
Acorde con el anterior escrito y en el fascinante mundo de la conducta humana, son cinco etapas por las que atraviesan quienes han sufrido alguna pérdida o pasan en sus vidas por un dolor excepcional. Se le conoce como las “etapas del duelo” según la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross y en un intento por perfilar al PRI en el estado de Tamaulipas frente al eminente cambio en su presidencia estatal desarrollamos la presente adaptación en este estudio de la conducta humana dentro de la política.
Ya mencionamos las primeras tres etapas de los cinco: Negación, ira y negociación.
La cuarta etapa del duelo es la depresión, en ésta se comienza a comprender la certeza de la pérdida y se expresa por medio del aislamiento social en el que los afectados rechazan la visita de cualquier tipo de personas. Mucho se criticó el vacío que se dio en la clase estatal priísta para con sus seguidores, no hubo una expresión evidente de gratitud del candidato derrotado ni de los principales líderes de este partido para quienes creyeron y votaron por su proyecto. No es que fueran malos perdedores, ni mal educados, simplemente vivieron a pie puntillas su naturaleza humana en la pérdida y en la derrota y quienes la han estudiado reincidentemente saben que en el transcurso de esta etapa en particular los afectados no quieran saber absolutamente nada de la vida social con nadie, en esta etapa la atención del doliente se vuelve al presente surgiendo sentimientos de vacío y profundo dolor. Además la irritabilidad y la impotencia se hacen presentes ya que se enfrenta a la irreversibilidad de la pérdida, me recuerda aquella melodía de los Ángeles Negros que dice: «Déjenme si estoy llorando ni un consuelo estoy buscando quiero estar solo con mi dolor».
La quinta y última etapa es la aceptación, en lo personal creo que después de casi nueve meses del nuevo gobierno es la etapa que ha comenzado a vivir el PRI tamaulipeco, es el momento en donde los afectados hacen las paces con la pérdida vivida, permitiéndose una oportunidad de vivir a pesar de la derrota experimentada. Esta última etapa consiste en aceptar la nueva realidad que se está viviendo ya que, valga la redundancia, es la realidad permanente de ahora en adelante. Aceptar después de nueve meses que ya no son la cabeza en el gobierno del Estado. Esto se proyecta en las acciones para renovar la presidencia estatal que actualmente ostenta la abogada Aída Zulema Flores Peña y que ha sido más una presidencia de membrete o utilería y que quedó como herencia de la pasada administración la cual no tiene absolutamente nada que ver con la nueva realidad política en nuestro Estado que demanda una bien estructurada oposición para servir como un equilibrio político frente al Ejecutivo estatal en la persona del Gobernador Cabeza de Vaca.
El PRI como gobierno nos tenía acostumbrados al candidato único al momento de nombrar a su presidente ejecutivo estatal, hoy como oposición se abre la contienda a siete aspirantes, que son Sergio Guajardo Maldonado, Oscar Luebbert Gutiérrez, Juan Alonso Camarillo, Luis Enrique Arreola, Roberto González Barba, Miguel Manzur Nader y Alejandro Guevara Cobos. De los cuales a mi real saber y entender sólo tres cuentan con el empaque necesario para saber ser la oposición que se requiere en nuestro estado de Tamaulipas.
Tarde o temprano, después de casi nueve meses del nuevo gobierno los priístas parecen «ponerse las pilas» para activarse en un papel totalmente nuevo para ellos, su impericia como oposición hasta el momento ha sido evidente ya que no han sabido señalar los no pocos detalles al nuevo gobierno panista de una forma que les sume simpatías y que haga más evidente dichos detalles.
El nuevo presidente estatal contará con once diputados divididos en el Congreso; menuda tarea tiene para saber sumarlos y a partir de ya saber ser la oposición que muchos ciudadanos están esperando.
El tiempo hablará.

 

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