OPTIMUS

Jorge Alberto Perez

23/07/2017

El tamaño del miedo

Grandes e impactantes noticias genera Tamaulipas, ni siquiera cuando el asesinato masivo de migrantes en San Fernando se logró cobertura tan abrumadora sobre nuestros problemas; las incapacidades gubernamentales, los yerros legales, los excesos de inseguridad y el desaliento total.
La sociedad hoy ve con mayor impotencia la mala imagen de un Estado incapaz de resolver lo elemental, si el país está en crisis de credibilidad, el rincón denominado Tamaulipas, está en calidad de desahucio.
El presidente de México y el gobernador de ustedes en Tamaulipas, van en caída libre en cuestión de imagen, con la diferencia de que uno tiene 5 años en el poder y el otro apenas 10 meses en el no poder.
La crisis hospitalaria y de medicinas ya rindió su mensaje contundente, el país ya no quiere cargar con el sistema de salud para todos, por lo que acotarlo redundará sin duda en ahorros sustanciales en el ejercicio de las finanzas públicas, mientras que en Tamaulipas todo hace indicar que la verdadera razón del desabasto obedece más a la intención de exprimir al máximo la posibilidad de hacer negocios y lucrar con las necesidades y carencias de quienes menos tienen. (Entre más muertos, menos derechohabientes y a río revuelto ganancia de pescadores).
La insensibilidad del PRI de la mano de la ambición del PAN es la única respuesta que la sociedad encuentra.
Por otro lado fueron infructuosos los esfuerzos por ocultar el secuestro de una ciudadana española, su familia en Valencia no tuvo empacho en hacer público y “viralizar” en redes sociales el incidente que el gobierno, (bajo presión suponemos), trató de ocultar, pues el esposo de la víctima es funcionario público estatal.
Muy extraños los sucesos que seguramente se habrán de aclarar cuando las fuerzas policiacas rescaten con vida a la víctima y nos hagan llegar el boletín respectivo, plagado de loas a las fuerzas de investigación entrenadas en el extranjero.
Otro hecho para el análisis político es lo ocurrido en Reynosa con un empresario matamorense, quien fue secuestrado al llegar a la maquiladora de su propiedad en horas de la mañana.
El aprecio que se le tiene hizo que de inmediato, también en redes sociales, la noticia corriera de “WhatsApp” en “WhatsApp”, con resultados satisfactorios, pues apareció con vida a las pocas horas.
La falta de información ofrecida por las fuerzas de seguridad permite especular mucho, no se sabe si fue mediante rescate millonario o bajo el esquema de un operativo de inteligencia encabezado por la unidad antisecuestro que seguramente fue entrenada en Israel.
Pero lo que más inquieta, es que este empresario es padre de un diputado federal y cuñado de una senadora por Tamaulipas, situación que no es aislada, dada la cercanía con definiciones políticas del PAN en Matamoros, pues coincidentemente con el hecho delictivo, el fuego amigo hizo cera y pábilo del diputado panista al ventilarse adeudos oficiales del distraído legislador.
Hay quien piensa que el entramado familiar en lo político, pudiera ser la razón del secuestro, pues dicen y dicen bien, que si una senadora y un diputado le piden un favor al Gobernador, esto los coloca en desventaja política a ambos familiares.
Sin embargo el mayor error que han cometido, es el de hacer valer sus influencias para que una camioneta de la Policía Estatal, con dos elementos, permanezca las 24 horas frente al domicilio del ex secuestrado, pues dicen sus vecinos que ese privilegio no lo tienen otras víctimas de ese mismo sector.
Las fotografías de la unidad frente a la casa del padre del diputado y cuñado de la senadora ya circulan en redes sociales profusamente, lo cual demuestra dos cosas, o la magnitud de la influencia o EL TAMAÑO DEL MIEDO.

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